A todos nos gusta jugar de vez en cuando en el móvil, pero, desgraciadamente, hay que reconocer que la industria del videojuego móvil es bastante… comercial. La mayoría de los títulos están enfocados al juego social y contienen microtransacciones. Hay clones y conceptos robados a patadas además de juegos simplemente malos, con valores de producción pésimos o simplemente rotos o atrasados. Aun así cada cierto tiempo de entre la marea de mediocridad que tiene el catálogo de la plataforma, algún equipo de desarrollo alza la mano y crea un juego con mecánicas innovadoras, o, que por otro lado aprovechan las ventajas del control táctil. A continuación te descubrimos Okey, uno de estos juegos.
Tirar y soltar
La premisa en Okey es bastante simple; debemos lanzar una pequeña bola de manera que rebote en todos los elementos de color blanco que hay en cada nivel, para ello, debemos calcular bien la dirección, la distancia, y tener en cuenta como va a rebotar para llegar a los sitios más inaccesibles.
Con solo un par de mecánicas este juego consigue ser tremendamente satisfactorio, divertido y adictivo, teniendo que hacer frente a diferentes situaciones y bloques, dado que no siempre nos encontraremos con los mismos desafíos, aparte de los bloques blancos también encontraremos bloques oscuros que no desaparecen, plataformas móviles y cuerdas que debemos atravesar. En general obstáculos simples que debidamente colocados crean una curva de dificultad genial que no hará que nos frustremos.
Al llegar a los niveles más avanzados tendremos que exprimir el coco para resolver los endiablados acertijos que nos propone. No es moco de pavo.
Entrando en el apartado gráfico, encontramos un diseño simplista y elegante que hace que se reconozca todo en el entorno. Musicalmente hablando podría mejorar, es bastante zen en este sentido pero a veces se siente vacío.
En resumen, un título realmente interesante que con mecánicas simples crea problemas complejos. Pruébalo.
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