Esta semana la publicación Tom’s Hardware ha difundido los quince videojuegos más vendidos de la Historia y lo cierto es que la lista no me sorprende. El primer puesto es para la franquicia de los Sims, que ha vendido más de 125 millones de copias en todo el mundo. Otros juegos que también aparecen son Battlefield 3, StarCraft y World of Warcraft. Por otro lado, Mass Effect 3 que lleva apenas un mes y medio en el mercado, ha vendido más de 3,5 millones de copias y pronto se colará entre los puestos de privilegio.
Todos estos bestsellers del mundo de los videojuegos tienen dos cosas en común: un spot de televisión y una opinión favorable de la crítica especializada, es decir, una gran campaña de marketing. Como en todas las facetas de la vida, un producto para tener éxito tiene que entrar a los consumidores por los ojos y la mejor forma es colocar un anuncio de televisión en las franjas de mayor audiencia, la sobremesa y el prime time.
Ante esta circunstancia me pregunto si el éxito es consecuencia directa de la calidad, es decir, ¿son los Sims o Mass Effect 3 los mejores juegos de la Historia por el simple hecho de vender más? Mi respuesta es que no. Aunque he de reconocer que comparten una cualidad que muchos otros no tienen, saben venderse. Una buena estrategia de comunicación y promoción puede hacer que un juego de gama media se convierta en un superventas.
La compañía Activision se ha hecho de oro con Call of Duty 3: Modern Warfare, un juego que a duras penas alcanza las 6 horas de duración y que no se diferencia tanto de títulos menos conocidos como Shadow Ops: Red Mercury o Resistance. Otro caso similar es el de Uncharted 3, que ha vendido mucho más que su antecesor, siendo bastante peor. Los motivos son que ha tenido una gran repercusión a través de la televisión y que ha sido soprendentemente bien valorado por la crítica interesada y especializada.
Muchos títulos pasan desapercibidos para el gran público a pesar de la gran calidad que atesoran, así que me asalta la duda de si somos nosotros los que realmente decidimos el porvenir de un juego o son los medios de comunicación los que influyen en nuestros gustos. Con esto no pretendo cuestionar la calidad de los juegos que más venden, sino despertar la conciencia de todos aquellos gamers cuya decisión de compra se ve condicionada única y exclusivamente por lo que ven en la televisión o Internet. Porque no es todo oro lo que reluce…