¿Realmente necesito tantos juegos en mi estantería?

Si giro la cabeza desde el escritorio donde estoy escribiendo estas líneas puedo ver mi flamante colección de videojuegos. No es que sea gran cosa, seguro que muchos de los que estáis leyendo esto tenéis una recopilación mayor, pero eso no deja de hacer que me sienta orgulloso de ella.

Siempre estoy abierto a la posibilidad de ampliarla con algún nuevo título de los que llevaba tiempo buscando y que encuentro en el cajón de segunda mano de alguna tienda de videojuegos de las que todos conocemos, o aprovechando ese código “welcome back” que los simpáticos chicos de Zavvi me envían cuando sienten que los he abandonado, que junto con algún chollo que baja de precio en el ”Mega Monday”, hacen un combo perfecto y letal para cualquier bolsillo.

Pero si examino más detenidamente esa estantería caigo en la cuenta de algo que me inquieta y que ha provocado este artículo. ¿Realmente cuantos juegos de todos los que tengo han pasado por la bandeja de entrada de mis consolas hasta completarlos?. Como ya he dicho antes este artículo no pretende tener una exactitud científica, que sumado a la pereza que me da el ponerme a contarlos uno a uno, hacen que el dato que os voy a aportar sea solo una aproximación a la realidad, pero así de primeras podría decir que un 40% de los títulos están sin completar. Cuando digo sin completar quiero decir sin haber llegado a ver los créditos finales nada que ver con el ambicioso reto de desbloquear todos los logros o trofeos, algo que ni me planteo.

¿Y a donde quiere llegar a parar este individuo con la historia que me esta contando?. Toda estas ideas mezcladas me han llevado a la conclusión de empezar a dudar cual es mi mayor tentación en la actualidad. Empiezo a pensar que he cruzado la línea que me ha llevado desde una afición insana en la juventud por jugar a videojuegos, hasta convertirlo en un hobby al que solo puedo dedicarle unos ratos cronometrados al día y que se ha completado con un nuevo incentivo, el coleccionismo de videojuegos.

Si amigos, lo reconozco, colecciono videojuegos. Me ha llevado tiempo llegar a esta conclusión, tanto como el tiempo que llevas tu leyendo este artículo, pero por fin lo tengo claro. Esto no quiere decir que ya no me guste jugar, en absoluto, tan solo que las obligaciones diarias de cualquier adulto medio de este país no me permiten disfrutar tanto jugando como para que ese tiempo me llene lo suficiente hasta sentirme realizado con mi afición, y he completado esta con un coleccionismo moderado.

Los que me conocen dirán, ¿y ahora te das cuenta de eso?, siempre a uno le cuesta más ver las cosas desde dentro pero en definitiva no le hago mal a nadie. El coleccionismo es un hobby como otro cualquiera y al igual que tu tienes tu cuarto lleno de figuritas de Stars Wars o una larga lista de pequeños minerales en su estupendo expositor, yo tengo una cuantas fila de cajitas verdes, transparentes o blancas que me gusta mirar de vez en cuando.

En mi defensa tengo que alegar que los poquísimos títulos que compro de salida en tiendas de suelo patrio, nunca más de tres al año, pasan directamente de la caja a la consola hasta que son finiquitados, porque claro, la inversión hay que amortizarla.

¿Es grave doctor? Pues todo dependerá de de ti querido lector. Me gustaría saber si sólo yo sufro este cambio, si sólo yo me he dado cuenta que dedico más tiempo a mirar las ofertas en internet o los cajones del Game que a jugar a los juegos que me compro. Pero mientras que empiezan a llegar los comentarios voy a ir mirando alguna cosita que me acaba de llegar un correo de Zavvi de que han añadido nuevos títulos al ”Mega Monday” ,y como todos sabemos, en septiembre sube el IVA así que ¿que mejor momento que este?.