Mírala cara a cara

Como buen sevillano que soy me declaro amante de las ferias. Cierto es que la mezcla de sevillanas y rebujito poco tiene que ver con los videojuegos, aunque el paralelismo es evidente. La feria de abril es especial porque se celebra una vez al año, si en lugar de una semana al año tuviéramos varias ferias de similar magnitud, la magia que envuelve a esa semana quedaría un poco ensombrecida.

En el caso del mundo de los videojuegos bien podemos seguir la misma regla de tres. Es verdad que no todos los eventos que se celebran durante el año tienen la misma importancia. El E3 podría considerarse como la madre de todas las ferias, donde las compañías aguardan para hacer los anuncios más importantes y mostrar toda su artillería pesada, pero eso no quita que en el resto de encuentros muchas veces suframos una sensación de Déjà vu al recibir una y otra vez la misma información.

Distintos públicos, distintos eventos

Lo cierto es que tantos eventos celebrados en distintos continentes se corresponden con una estrategia comercial muy definida. Cada feria va destinada a un público objetivo y es en él donde las compañías centran su esfuerzo en atraer a los jugadores residentes en cada región.

El E3, aunque celebrado en el continente americano, se puede considerar como el más generalizado de todos y que intenta llamar la atención de un público más global, aunque siempre tendremos que tragarnos el show de EA en la presentación de la nueva edición de Madden NFL.

La Gamescom es la feria europea por excelencia y donde la intención de las compañías que asisten se centra en atraer al público europeo con juegos que se acercan más al gusto de los residentes en el viejo continente.

Como tercera vía tenemos el inminente Tokyo Game Show. El TGS es el mayor evento de la industria a nivel del mercado japonés, el mayor consumidor del producto que ofrecen, y donde se pueden ver títulos que es posible que incluso no lleguen a nuestras fronteras.

Podíamos decir que estas son las ferias por excelencia, aunque no las únicas. Existen eventos destinados a desarrollares como la Game Developers Conference, otras de ámbito local como el GAMEFEST, tristemente cancelado en la edición de este año, y en ocasiones hasta las mismas compañías celebran sus propias conferencias para presentarnos todas sus novedades.

¿Son o no son necesarias tantas ferias?

Pues bajo la humilde opinión de este editor y bajo una escueta respuesta, diría que no. La proximidad en el tiempo entre los tres eventos más importantes del momento limita mucho la cantidad de novedades que nos pueden mostrar. El desarrollo de videojuegos es un proceso que se alarga cada vez más en el tiempo, y en un intervalo tan pequeño no es posible aportar un número importante de novedades que de por sí sirvan de excusa para la celebración del mismo.

Quizás en otros tiempos donde la difusión de la información no se realizara de una forma tan fluida como ahora, con el uso de las redes sociales e Internet, podrían tener más sentido, pero en la actualidad las mismas compañías se encargan de hacernos llegar las novedades de sus productos en un bombardeo de noticias difundidas por todos los medios posibles.

Entonces, ¿por qué se celebran tantos eventos? Mi opinión es que la celebración los mismos se corresponde con la repercusión que generan. Un feria importante tiene eco incluso en los medios de comunicación más generalistas, donde aficionados a los videojuegos que no son asiduos a medios especializados tienen acceso a las novedades.

Seamos francos, no todos los jugadores estamos pegados día y noche a los medios o las redes sociales ávidos de las últimas novedades sobre el próximo lanzamiento de la compañía de turno. Mediante los eventos, la información proporcionada llega a un mayor número de personas y esto de por si justifica su celebración.

Yo por mi parte me preparo para ver que nos muestran en el TGS, esperando novedades de títulos que no se han dejado ver en bastante tiempo, ¿alguien ha dicho The Last Guardian?, y por si acaso y para no perder la costumbre lo haré con una jarra de rebujito en mano, ¿alguien se apunta?