Una de las características de la saga Total War es que sus títulos siempre están de plena actualidad gracias al gran número de años que pasan entre secuelas, y a la rejugabilidad que presentan tanto en la campaña de un jugador como en sus facetas multijugador. Shogun 2 no podía ser menos, además es el título de CA que mejor funciona en diferentes configuraciones de PC y cuenta con una de las IA de combate más sensatas de los Total War. Tanto es así que algunos fans de la saga dejaron de lado Rome II hasta que CA no arreglara sus bugs y problemas de rendimiento, y volvieron al lejano y sangriento Oriente.
Pero Shogun 2 es tan diferente que uno a veces se pierde, especialmente si se es novato, tanto en los Total War como en Shogun. Aquí os dejamos unos consejos para la campaña de un jugador.
Lo primero que hay que hacer para comenzar una andadura exitosa en el camino hacia el Shogunato de Kyoto, es elegir qué tipo de partida queremos jugar. Para ir haciéndose al juego sería aconsejable empezar una partida corta en dificultad normal con un clan potente que no esté muy lejos de Kyoto. Los Hojo podrían ser una buena elección, cuentan con los mejores y más baratos castillos, además de las mejores máquinas de asedio y la posibilidad de reclutar granaderos Hojo –bastante destructivos– desde el primer turno. Esto es importante porque una de las partes más complicadas de Shogun 2 es el asedio, y será desde el principio un quebradero de cabeza y un pozo sin fondo donde perderemos unidades a puñados. Una ayuda en este sentido, no viene nada mal.
Cuando empecemos nos irán asignando misiones, cada clan tiene las suyas. Con los Hojo nos tocará vencer a un ejército de los Ogigayatsu, uno de los clanes vecinos con el que estamos en guerra. Algo fácil que podemos conseguir en el primer turno. Una vez hecho esto, toca lo difícil: organizarnos y planear los siguientes pasos.
Lo mejor que podemos hacer es desarrollar una política equilibrada e intentar seguir las misiones que nos encomiendan para ganar suculentas bonificaciones. Mantener siempre un ojo en el dominio de las artes, y no centrarnos sólo en una rama. Es imperativo conseguir rutas comerciales, para esto los barcos en un principio serán lo mejor, bordeando la costa conoceremos clanes con los que comerciar.
Será primordial mejorar las granjas para mantener alimentada a la población y no mejorar los castillos hasta que no tengamos alimentos suficientes –doble clic sobre el castillo nos dirá cuánto produce y consume la región, y la pestaña de mejora del castillo nos indicará cuánto más consumirá–.
Todo esto hay que pagarlo, y más cuando empecemos a hacer un ejército y una flota para que no nos tosa nadie. ¿Cómo lo hacemos?, teniendo, además de buenos ingresos comerciales, una buena industria. Los Hojo cuentan con una mina de oro que nos vendrá de perlas para todo lo anterior y un puerto para comerciar y crear una flota imponente.
Ahorrar y mejorar la industria, los caminos y los puertos nos dará los ingresos económicos que estamos buscando. Para clavar la puntilla, debemos estar pendiente de nuestro árbol familiar para nombrar comisionados. Estos son los ministros del juego, y sólo pueden ser miembros de tu familia, hijos mayores de edad o hermanos, tenerlos en un puesto de comisionado nos dará valiosas bonificaciones. Todo suma.
Además, un elevado número de ingresos nos permitirá bajar los impuestos, tener contenta a nuestra población y hacer que nuestras regiones prosperen económicamente, lo cuál nos beneficiará –y mucho– a la larga. Cuando tengamos un clan estable en lo político, y un ejército poderoso –lo mejor para las tropas es tener un poco de todo, unidades buenas y malas, caballería, arqueros, espadachines y piqueros, para desenvolvernos bien en diferentes situaciones–, saldremos al mundo para darnos a conocer.
Lo ideal sería acabar con el clan Ogigayatsu en los primeros turnos, pero su castillo es complicado de asaltar. Con ellos fuera del mapa, nuestro siguiente objetivo serán los Takeda y los Imagawa, unos vecinos más poderosos que los Ogigayatsu. Pero hay que recordar que si no les declaramos la guerra, tarde o temprano nos la declararán ellos a nosotros, la IA de campaña es muy beligerante, y de un turno a otro cambiaremos amigos por enemigos sin darnos cuenta.
Si tenemos éxito, el camino hacia el sur –Kyoto–, estará abierto, y sería aconsejable aliarnos con clanes del norte para tener las espaldas aseguradas. Podremos morir tarde o temprano, pero a fin de cuentas, Shogun 2 también va de esto. De lo único que tenemos que asegurarnos es de hacerlo con honor.
¿Aceptas el reto?