¿Derrotar a Skolas en una hora? ¿Se te ha ido la cabeza? Sí y no, respectivamente. Antes de que me toméis por loca, es ciertamente posible derrotar a Skolas en una hora. Para ello necesitamos cumplir una cantidad de requisitos bastante indecente, pero no por ello deja de ser posible derrotar al c*** de Skolas en una hora. Empecemos por el principio.
Para superar el terrible desafío de matar a Skolas en el Presidio de los Ancianos necesitamos, primero de todo, llevar a nuestras espaldas una cantidad bastante grosera de horas jugando a Destiny. Notablemente, horas jugadas en el Presidio de los Ancianos. Las arenas de los Presidios no varían, y siempre nos enfrentamos a los mismos enemigos en las diferentes rondas. Skolas (Presidio a nivel 35) cuenta con 5 rondas antes de enfrentarnos al amigo, y los bichejos que nos aparecerán son un nivel más elevado que nosotros. O sea, que son duros como piedras, y seguramente harán que enfurezcamos.
El segundo paso es montar una escuadra de gente tan experimentada como nosotros, por supuesto. Nuestra escuadra debe contar con un Titán con la subclase Defensor, un Hechicero con la subclase Aedo del sol, y un Cazador con la subclase Acróbata del Filo. Para el Titán, nos será muy útil llevar equipado el Casco Saint-14, mientras que para el Cazador nos será harto útiles los guanteletes No me toques. En cuanto a la armadura, para Titán y Hechicero debe estar centrada en potenciar el Intelecto, mientras que para Cazador tenemos que intentar equilibrar Intelecto con Fuerza para ganar un poco de ventaja en el cuerpo a cuerpo. Especial cuidado a llevar siempre la Radiancia cargada, por si acaso la cosa se pone fea.
El tercer paso es llevar las armas adecuadas para cada ronda. Las armas primarias vitales son: Visión de Confluencia, Predestinador, Palabra de Crota, Colmillo de Ir Yût y Edicto del Alma Suprema. En cuanto a las especiales: Quiebraespadas, Veredicto Dado, Martillo Negro, El Cuarto Jinete y el Rompehielos. Por último, las armas pesadas imprescindibles son: Gjallarhorn, Hambre de Crota, La Verdad y Medida Correctora. Si no tenemos alguna de las armas listadas, no supone un impedimento para realizar el Presidio al 35, pero la hazaña de hacerlo en una hora se pondrá casi imposible.
Todas las subclases, equipo y armas mejoradas al máximo, por supuesto. Y cantidad casi infinita de recargas sintéticas para armas pesadas.
Primera ronda: Colmena
Rápida y sencilla. Ya sabéis que el mejor lugar para pasar esta ronda es a la izquierda del mapa según salimos de la cámara. El daño solar contra enemigos de la Colmena es devastador, así que disparad a todo lo que se mueva con la Visión de Confluencia, dad puñetazos a cualquier lacayo que se acerque, y no dudéis en lanzar unos cuantos pepos con el Gjallarhorn para agilizar el trámite. No debería llevarnos demasiado tiempo, dada la facilidad de la ronda.
Segunda ronda: Vex
En esta ronda se introducen los objetivos a partir de la segunda oleada, y en este caso tenemos que destruir minas. La posición más sencilla para defendernos será la esquina izquierda del mapa, y aquí será especialmente efectivo el cañón de mano La Palabra de Crota, ya que el daño de vacío afecta mucho a los Vex. Para realizar la ronda rápido y ceñirnos al cronómetro, lo mejor es que dejemos un enemigo o dos al final de las dos primeras oleadas hasta que el Cazador se sitúe cerda de la primera mina. Lo más sencillo es que vaya el Cazador, porque después podrá moverse con la invisibilidad y volver a la posición donde está el resto del equipo. Las otras minas se pueden acertar desde nuestro pequeño escondite.
Tercera ronda: Cabal
En la tercera ronda ya empiezan a ponerse las cosas complicadas. El objetivo de esta ronda es desmantelar minas, y aquí será necesario que nuestro Cazador no tenga manos de mantequilla a la hora de activar la invisibilidad, o la misión se puede ir al traste rápidamente. Nos colocaremos en la esquina izquierda del mapa para tener cobertura suficiente, y los que quedemos tras el parapeto podremos llegar a una de las minas que aparece cerca, pero las otras dos serán cosa del Cazador. Los que asumáis este rol, no dudéis en lanzar algún pepo mientras esperáis a que salga la primera mina, antes de moveros en invisible hasta la siguiente.
Especial cuidado con los malditos psiónicos, que nos matarán de un plumazo cuando lancen la corriente eléctrica por el suelo si nos quedamos en medio. Tendremos que llevar interiorizado lo de saltar cuando los veamos en posición de ataque, porque de verdad, moriremos de un solo golpe. La parte buena es que el Titán puede plantar la cúpula, y si llevamos el Casco Saint-14, los enemigos se quedarán cegados durante un momento, como si sufrieran la peor de las resacas.
No olvidéis esquivar el ataque de los psiónicos (en mi cabeza siempre serán psicóticos), de verdad. Pueden hacer que el plan se vaya a la porra con solo un golpe, así que mucho cuidado con eso.
Cuarta ronda: Caídos
La cuarta ronda tiene como protagonistas a los Caídos, y aquí ya se empieza a notar el desgaste si no tenemos el nivel suficiente para completar Skolas en una hora (o en más). El objetivo en esta ronda es matar a un Capitán Caído, y puede llegar a ser un auténtico dolor de cabeza si no seguimos una buena estrategia. Es imprescindible que al terminar la primera ronda el Titán tenga la súper cargada, y lleve equipado el Casco Saint-14 para cegar al blanco crítico. Saldrá por la puerta principal de la arena, y lo que debe hacer el Titán es plantar la cúpula cuando empiece a aparecer la estrellita indicando el objetivo.
El Capitán quedará cegado en ese momento, y nosotros tendremos que partirle la cara con el Veredicto Dado o El Cuarto Jinete. Caerá en cuestión de segundos si los tres guardianes le damos estopa, aunque debemos prestar especial atención en la tercera ronda, porque mandará un señuelo antes de salir por la puerta. Plantaremos la cúpula y le daremos caña con las escopetas al primero, aunque cuando salga el segundo capitán tendremos que intentar lanzarle misiles para dejar la entrada como el escenario inicial de algún Fallout. Cuidado no os hagáis una cara nueva por disparar desde muy cerca.
Quinta ronda: Caídos
Antes de empezar la ronda debemos asegurarnos de tener toda la munición recargada, y la recarga sintética disponible para nuestra arma pesada, ya que os enfrentaremos a uno de esos ojos tan pesados. Nos iremos a la plataforma de la esquina derecha del mapa para usar las dos barreras como protección, y una vez allí, dispararemos al jefe con todo lo que tenemos disponible. El Titán debería plantar una cúpula en el centro de la plataforma, ligeramente echada hacia atrás para no reventarnos la boca con los pepos. El Martillo Negro agilizará bastante el trámite, aunque la cosa se pone complicada en seguida.
Cuando nos veamos muy acosados por los caídos, será el momento de empezar la maratón por el mapa. Por separado. Cada uno que se responsabilice de su personaje, pero no olvidéis correr sin parar para evitar disgustos, y centraros en tumbar al jefe, matando a los enemigos que salgan a nuestro paso. Es importante hacerlo así, ya que centrarnos en limpiar el escenario primero hará que perdamos mucho tiempo y que posiblemente acabemos muertos si el boss nos tiene a tiro.
La Venganza de Skolas
Ahora sí, ha llegado el momento de la verdad. Si lo hemos hecho bien, y hemos sido organizados y eficientes, deberíamos llevar alrededor de media hora. Lo cual nos deja tiempo suficiente para derrotar a Skolas y cumplir con el reto de superar el Presidio a nivel 35 en una hora. Los modificadores cambian cada semana con el reseteo, y prácticamente nos podemos adaptar a cualquier cosa que nos eche el juego, salvo los Brazos pequeños. Rezad para que no caiga ese modificador si pensáis hacer Skolas. De nuevo, aseguraos de que tenéis la munición especial llena, la recarga preparada, y la súper cargada. Esto es importantísimo.
Cuando salgamos de la cámara, uno de nosotros (sorpresa) irá por delante, y su tarea será correr hasta la esquina izquierda de la arena para acabar con el servidor de Skolas. Si vais a enfrentaros a Skolas con el reto de hacerlo en una hora, ya sabéis cómo va la cosa. Para bajarle vida, tenéis que matar primero a los simpáticos servidores que le regeneran la vida. En el momento en el caiga, habrá que tirarle a Skolas todo lo que tengamos. Probablemente podremos acertarle cuatro veces cada uno antes de tener que huir de la plataforma en la que estamos debido a la ingrata compañía.
Nuestra mejor carta es quedarnos en la esquina derecha, en la plataforma habitual con dos coberturas, mientras que el Cazador cobra el papel más importante hasta el momento; cuando matemos a la escolta de Skolas, tendrá que ir en búsqueda del servidor que impide que le bajemos vida, por supuesto, en invisible. Simplemente, aseguraos de que os tomáis vuestro tiempo para hacerlo, Titán plantando cúpula en la plataforma cuando sea necesario, y el Hechicero guardando la Radiancia. Cuando caiga el servidor, será el momento de volver a darle con todo a Skolas, y cuando pierda la posibilidad de conservar la vida indefinidamente, y le bajemos la vida al 60%, más o menos, es cuando llega lo bueno.
Skolas está tan cabreado que echaría espuma por la boca si eso fuera posible, así que nos lanzará un veneno muy majo que nos perseguirá hasta en sueños. Los efectos del veneno duran exactamente 30 segundos, y tenemos que ir pasándolo de compañero en compañero para no morir. Funciona así: un guardián coge el veneno cuando le quedan 10 segundos, lo cual hace al guardián anterior inmune durante 35 segundos, lo cual nos hace funcionar en cadena hasta que esto termine. Pero no es la única sorpresa.
En el momento en que la vida de Skolas baje al 50%, aparecerán las malditas minas por desmontar para no mandar al traste la partida entera, y aunque una de ellas aparece justo encima de nuestra plataforma, las otras estarán dolorosamente lejanas, y será la tarea del Cazador desmontarlas, debido a que puede llegar a ellas en invisible. Debemos intentar que el Cazador salga de la plataforma con el veneno recién rotado para que tenga 35 segundos, y aquí la habilidad del jugador es crucial. La práctica lleva a la perfección, pero si queremos hacer Skolas en una hora, tendremos que haber practicado antes.
Una vez desmontadas, será cuestión de tirarle a Skolas una y otra vez, teniendo en cuenta siempre el tiempo del veneno para no meternos en problemas. Si lo hacemos bien, Skolas morirá antes de la segunda ronda de minas, y los enemigos desaparecerán, aunque tened en cuenta que si no sale todo a pedir de Milhouse, tendremos que volver a encargarnos de las minas. Llegados a este punto, no os pongáis nerviosos, que Skolas estará a punto de caramelo.
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Con esto terminaremos la proeza de completar el Presidio en una hora, pero tened en cuenta que es un desafío extremadamente complicado. Obviamente se puede hacer si funcionamos a las mil maravillas como equipo, tenemos las armas adecuadas, y sabemos cómo hacerlo, pero no es lo más común. Lo normal es acabar con Skolas en un par de horas, o tres. Merece la pena tumbarle al menos una vez para saborear la sensación de victoria, y conseguir las recompensas, pero honestamente, ardo en deseos de que El Rey de los Poseídos esté disponible mañana para sacarle el dedo a Skolas. Grosero, lo sé. Pero se lo merece.