Si sois de esos que estabais por aquí cuando todo esto de los móviles táctiles comenzó, hay un juego que lo petó mucho en aquel entonces y que se volvió un clásico sin dudarlo. Hablo de Galcon, un juegazo con mecánicas muy simples pero que son realmente adictivas que te harán viciar como si se tratase de un título de este año. Para que os hagáis una idea, yo lo conocí en los primeros ipod táctiles de Apple, así que ha llovido lo suyo desde entonces.
Hablando ya del juego, es de esos que tiene partidas muy cortas, rápidas e intensas. Es el juego perfecto, y cuando digo perfecto es perfecto, para echar unas partidas cuando vamos en trasporte público o cuando estamos esperando a alguien.
La mecánica es muy simple, el objetivo de cada partida es eliminar al otro jugador, quedándonos con todos sus planetas. Los planetas generan navecitas, y contra más grande sea éste más rápido lo hace. El número interior de cada planeta representa la cantidad de naves que posee, por lo que necesitamos una cantidad superior a ella para poder conquistarlo. Por último, en cada soldado que destruyamos, perdemos también uno. Como veis es un juego realmente sencillo, pero os aseguro que una vez empiezas a jugar el vicio es algo prácticamente asegurado.
En lo personal es uno de mis juegos favoritos para smarphone de todos los tiempos, y si no lo habéis jugado nunca no puedo hacer más que recomendároslo. Además, tiene varios modos de juego, dándonos bastante entretenimiento antes de que nos cansemos. Y, algo que no he comentado, es que la dificultad del juego es… curiosa. Os animo a que probéis a intentar ganar a la máquina en la última dificultad, ya veréis que divertido es ver como os aplastan como si fueseis bebes.
Está disponible tanto para iOS como Android, en ambos casos de pago, aunque no creo que haya muchos juegos que por dos tristes euros os dé tantas horas de entretenimiento.
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