Seguimos con las guías de bosses de Dark Souls 3, el último juego de la saga Souls, y, en esta ocasión te contamos todo sobre la batalla contra el anciano de cristal, un enemigo que pese a parecer poca cosa en un principio, nos lo pondrá realmente complicado según va progresando la batalla. Si necesitas ayuda en algún otro jefe no dudes en buscarlo aquí, dentro de poco tendrás disponibles todos los bosses con sus respectivas guías, pero de momento centrémonos en este vejete tan molesto.
Cristales y magia.
El anciano de cristal es una criatura (por llamarlo de alguna manera) que se toma su tiempo. Nada más comenzar a luchar contra él, solo nos tira pequeñas bolas de energía, de vez en cuando hace aparecer cristales, y, se teletransporta cada vez que le golpeamos. Si a esto le sumamos el hecho, de que está quieto todo el rato puede parecer un paseo, pero, nada más lejos de la realidad.
En cuanto la barra de vida del mago empieza a descender comenzará a lanzar flechas de alma enormes que nos dejan al borde de la muerte si nos alcanzan, y, para colmo empieza a crear copias y copias de él que hacen lo mismo. Todas. A la vez.
Para afrontar este combate es muy importante que descubramos cuanto antes cuál es el anciano verdadero, puesto que es el único que recibe daño, también debemos localizar un lugar seguro donde curarnos (estus, milagro…) cada vez que se clone, puesto que, entre cristales, rayos y demás magias se hace imposible.
Es débil a los ataques físicos, el rayo y el veneno, mientras que por otro lado, aguanta mejor la magia. Podemos usar resina de pino dorada o musgo podrido sobre nuestro arma para hacer daño adicional al anciano, pero tener en cuenta que es difícil que el efecto dure toda la batalla, así que seguramente os toque volver a aplicar alguno de los objetos especiales.
Si tras aplicar estos tips os sigue dando problemas, no os preocupeis, siempre podéis invocar a algún otro jugador para que os saque las castañas del fuego. Recordad ¡Praise the sun!