Lúcio es una estrella internacional en el mundo de la música, pero viene de un barrio brasileño muy pobre y nunca ha olvidado sus raíces y el motivo por el que acabó convertido en el DJ más famoso del mundo. Gracias a la música consiguió luchar contra Vishkar Corporation y el régimen tan autoritario que impuso en su hogar, hasta acabar robando la tecnología sónica que la compañía usaba para controlar a la población y transformarla en arma para la revolución. Lúcio lideró al pueblo a la libertad con la música, y ahora no parará hasta cambiar el mundo. Hoy os traemos una guía completa para dominar a Lúcio y su música en Overwatch.
Habilidades de Lúcio
Amplificador sónico. Se trata del arma de ataque de Lúcio, con la que puede disparar proyectiles sónicos a los enemigos, o dar una descarga que los hace retroceder. El cargador alberga 20 proyectiles antes de necesitar recarga, pero sólo causa 16 puntos de daño con cada uno y tiene una cadencia un tanto baja. En cuanto a la descarga, tenemos una cada 4 segundos, con un daño máximo de 25 puntos.
Cambio de pista. La principal habilidad de Lúcio es la música que proyecta para sí mismo y los aliados que se encuentren cerca. Tenemos dos pistas diferentes, una que sana y otra que aumenta la velocidad de movimiento, que podemos cambiar en cualquier momento sin enfriamiento. El radio de acción de las pistas es de 30 segundos, y en el caso de la pista de salud, regenera 25 puntos cada 2 segundos.
Subidón. La segunda habilidad de Lúcio funciona como complemento a la primera, ya que con ella aumenta el volumen de los altavoces y por tanto el efecto de la canción que tengamos activa. El tiempo de enfriamiento de la habilidad es de 12 segundos, con el mismo radio de efecto (30 metros). En el caso de la pista de salud, regeneramos 120 puntos en los 3 segundos que dura la habilidad.
Barrera de sonido. La ulti de Lúcio proporciona un escudo individual para él y el resto de aliados, que cubre un máximo de 500 puntos de salud, con una duración de 6 segundos. Es una habilidad crucial para bloquear daño si los enemigos activan alguna ulti o si necesitamos empujar con todo lo que tengamos para ganar la partida.
Consejos para dominar a Lúcio
Usar la descarga para lanzar a los enemigos fuera del mapa. Una de las grandes ventajas de Lúcio es que puede aprovechar al máximo el mapa para patinar por la pared y salir del peligro, o para conseguir bajas tirando a los enemigos al vacío con una descarga de su amplificador sónico. Cuando veamos la oportunidad, no la podemos aprovechar. Además, es muy gratificante ver cómo el enemigo sale disparado fuera del mapa.
Mantenerse cerca del grupo de aliados para que escuchen la pista. Lúcio funciona muy bien como support cuando tiene a muchos aliados cerca para que se beneficien del efecto de la canción, así que nos conviene mucho mantenernos cerca del equipo y no ir detrás de algún llanero solitario para intentar salvarle. Con Lúcio, la unión hace la fuerza.
Cambiar de pista con frecuencia. Al principio puede ser un poco caótico cambiar constantemente de pista para sanar o aumentar la velocidad, pero es una de las claves de Lúcio. Si el equipo va sanado a tope, la pista para regenerar salud no nos sirve, así que es mejor cambiar rápidamente a la pista para aumentar la agilidad de los aliados.
Guardar la barrera para un momento crucial. La ulti de Lúcio es de esas que pueden bloquear otras ultis muy poderosas, como la de Reaper. Aunque acabemos muertos en el proceso, es buena idea guardar la súper para ese momento crucial que decide la ronda e incluso la partida. El efecto es de 6 segundos, así que también debemos calcular el momento para no lanzarla demasiado pronto.
Para concluir, Lúcio es muy efectivo contra enemigos como D.Va, Reaper o Winston por su gran velocidad de movimiento y la capacidad de lanzarnos hacia atrás si nos vemos agobiados por sus embistes. En cambio, Lúcio sufre mucho contra la querida Mei, ya que le dejará hecho un cubito. Además, McCree puede hacerle stun con la granada y mandarlo a zona de respawn y una buena Pharah nos podrá fundir sin que lleguemos a verla. ¡Caña a los altavoces!