Las Mejores Sagas | Silent Hill (I)

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Aunque los juegos de terror ya existían años atrás fue en la generación de los 32bits (PlayStation, Nintendo 64 y Saturn) cuando el género se hizo más popular. Resident Evil fue la cabeza más visible, pero a los pocos años se le sumo otra saga que reflejaba un terror más psicológico: Silent Hill. El juego de Konami puso de moda este otro tipo de terror alejado de la sangre y los sustos típicos pero quizás más oscuro y tenebroso.

Silent Hill

Un juego para cagarse…de miedo

Silent Hill puso de moda el terror psicológico cuando fue lanzado ya en los últimos años de vida de PlayStation, exactamente en 1999. Sin embargo, y al igual que Resident Evil, no era el primero que mostraba una nueva forma de aterrorizar a los jugadores. Juegos como Enemy Zero y especialmente Clock Tower ya mostraban otro tipo de terror menos gráfico y jugando más con la imaginación del jugador y explorando los miedos inherente de cualquier ser humano. Pero sin duda alguna Silent Hill destacó entre todos sus predecesores gracias a un gran diseño audiovisual, un argumento triste y oscuro, música excepcional y sobretodo la habilidad de provocar mucho miedo a los jugadores.

Silent HillDesarrollado por el llamado Team Silent, que se encargo de las cuatro primeras entregas de la saga , y publicado por Konami fue un éxito de ventas y de crítica. Si en anteriores artículos destacábamos, normalmente, una persona como el principal causante de la calidad del juego, en este caso el mérito recae en varios de los miembros de ese equipo. La música de Akira Yamaoka, Masahiro Ito creador del arte del juego, Keiichiro Toyama director de Silent Hill, etc. La genialidad de estas personas y otras fue la que dio a la saga un aire y estilo único. No es de extrañar que la desintegración del equipo haya provocado que la saga sea una mera sombra de lo que fue, perdiendo toda su identidad.

El pueblo de la niebla

El juego nos pone en la piel de Harry Mason, un padre de 32 años que sufre un accidente de camino al pueblo de Silent Hill. Cuando despierta descubre que su hija adoptada, Cheryl que iba con el en el coche, ha desaparecido sin rastro alguno. Así comienza la búsqueda de su hija en el pueblo de la niebla eterna, Silent Hill. También de esta forma comienza su pesadilla.

Silent HillBajo esta premisa Silent Hill nos sumerge en un mundo oscuro y tenebroso inspirándose en maestros del terror como Stephen King. Y es precisamente esta oscuridad una de las principales armas del juego para mantener nuestro ritmo cardíaco por las nubes. Durante todo el desarrollo del juego dependeremos de una linterna para navegar en los tenebrosos interiores de una escuela o hospital. Mientras que las calles del pueblo están sumergidas en una perpetua niebla que impide, en buena parte, nuestra visión. Por supuesto la oscuridad no es nuestro único enemigo, en nuestra búsqueda nos encontraremos con extraños monstruos, incluyendo niños sin piel armados con cuchillos. Por suerte la potencia de la PlayStation los hacía parecer niños con demasiado bronceado.

Así es la premisa del juego, explorar escenarios mientras vamos resolviendo complicados puzzles y despachando enemigos. Sinceramente la jugabilidad de Silent Hill es decente sin demasiados alardes. Algunos puzzles son realmente atractivos (y difíciles) pero el combate peca de sencillo y rudimentario. Por una parte tiene sentido: Harry Mason es un padre de 32 años no un militar condecorado, así que el combate del juego refleja una persona poco hábil para la lucha. De todas formas el enfoque a la exploración y los puzzles son suficientes para no convertir la jugabilidad en algo tedioso.

Pero no hay que caer en el error, Silent Hill es uno de esos juegos en el cual tal aspecto del juego es secundario. La ambientación, la música, el argumento y el miedo se unen de forma magistral y crea una experiencia que no se juega, se vive y se transpira en cada uno de los poros del jugador representado en forma de sudor frío. El ruido que surge de nuestra radio cuando un enemigo se acerca, los aterradores sonidos que nos asolan en cualquier momento con la permanente duda de si sólo están ahí para acojonarnos o son de algún monstruo que está a punto de aparecer o incluso una nevera cerrada con candado, en la cual desconocemos si esconde la clave para resolver un puzzle o una muerte segura. Pero sin duda el elemento estrella es cuando pasamos al mundo de pesadilla.

Silent HillDurante el transcurso del juego el pueblo va sufriendo una ** metamorfosis** que cambia su aspecto de pueblo tranquilo americano a un distorsionado mundo donde el hierro oxidado, alambres de espino y rejas es el principal elemento de construcción y la sangre y los cuerpos de personas los principales elementos de decoración. Complementando tal panorama, una serie de sonidos industriales y metálicos inundan nuestros oídos. Sin olvidar que la oscuridad anterior se hace aún más aparente creando en su conjunto un escenario aterrador e incluso sofocante. Volver al pueblo inundado de esa niebla fantasmagórica es un verdadero alivio.

No hay nada como experimentarlo y sentirlo para saber que el terror de Silent Hill iba más lejos que ningún otro juego al momento y que por supuesto lo hacía tan especial. Más de doce años después los gráficos se han quedado anticuados pero estoy seguro de que en buena medida aún podría poner a prueba a más de un jugador que se enfrentase al juego por primera vez. En pocas palabras una obra maestra de los juegos de terror y un referente desde su salida. Por suerte Silent Hill 2 conseguía mejorar la fórmula, pero lo dejamos para la semana siguiente.

No olvidéis comentar sobre tal saga y el terror (o la falta de el) que os provocó.¡Hasta la semana siguiente!.

Archivado en KONAMI, Mejores Sagas, Mejores Sagas Silent Hill, PlayStation, Silent Hill, Terror
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