Si echamos un poco la vista atrás podemos ver como hace unos años, para sacar el máximo provecho a nuestra consola solo necesitábamos un mando, dos como mucho si queríamos jugar en compañía. Todo eso pasó a la historia con la actual generación de consolas. A raíz de la arriesgada (y con el tiempo acertada) propuesta de Nintendo con la Wii y el intento por parte de Microsoft y Sony de contrarrestar el éxito de la primera, nos hemos visto abocados a un inmenso mar repleto de accesorios con precios bastantes dispares que el tiempo dirán si se han amortizado o si nos hemos dejado tomar el pelo (para variar).
Este sentimiento pesimista me ronda por la cabeza desde el día que se hicieron oficiales los precios de la Nintendo Wii U y sus accesorios. A estas alturas pocas cosas me deberían sorprender hablando de tecnología, pero es que 130 € por un mando de una consola me parece una locura, me da igual que lleve una pantalla (resistiva), que tenga NFC o que se conecte a la estación espacial internacional, el mando sigue siendo lo que es y no tiene otra función ya que por sí solo no tiene ninguna función que no necesite la Wii U.
El Wii U GamePad es el último ejemplo pero no el único. Sin duda, con el paso de los años, el precio de los accesorios ha ido subiendo en consonancia al de sus respectivas consolas, situándose actualmente los mandos oficiales de Wii, Xbox 360 y PlayStation 3 en una media de 50 €, precio que sigue constante pese a los años que han pasado desde su lanzamiento. Pero no era de los mandos de lo que quería hablar, que sobre eso ya os he dicho antes que siempre han sido necesarios para jugar.
Tengo dos guitarras de Guitar Hero, una Wii Balance Board, una EyeToy, un mando de movimiento PlayStation Move, cuatro mandos WiiMote y, porque no decirlo, un bate de beisbol, una palo de golf, un volante y unos cuantos accesorios más de plasticucho malo para meter los mandos de la Wii. Si sumo todo el dinero que me he gastado en todos esos accesorios podría haber comprado unos cuantos juegos más.
Analicemos los productos uno a uno. Guitar Hero, un juego que tuvo su grandísimo momento y alcanzó cifras record de ventas, pero que ya forma parte de la historia y al que solo juegan los fans de la saga (Activision anunció en 2011 que ya no desarrollarían más Guitar Hero). Lo mismo ha pasado con Rock Band, con lo cual cualquier guitara, batería o bajo estará ahora almacenando polvo en algún lugar de vuestros hogares.
PlayStation Move fue un error mío, al no tener la Xbox 360 y pensar que Sony impulsaría el uso del nuevo control por parte de los desarrolladores, no dudé mucho a la hora de comprarlo. Sobra decir que antes que mi error estuvo el de Sony, que sacó un producto para aprovechar el tirón y se lo ha tenido que comer.
Kinect es la otra cara de la moneda, Microsoft dio una vuelta de rosca a la captura de movimiento y triunfó. Actualmente los americanos ganan mucho dinero gracias a Kinect, pero a los jugadores les ha costado 150 € en el peor de los casos y teniendo en cuenta que el hardware de Kinect es limitado y probablemente sufra un rediseño de cara a la próxima generación, Kinect es un producto destinado a la obsolescencia.
Hay unos cuantos accesorios que me dejo pero lo importante es que actualmente necesitamos gastarnos mucho más dinero que antes para poder sacar el máximo provecho a nuestra consola. Si sumamos el precio de la Wii U más cuatro WiiMotes y un WiiU Gamepad extra, alcanzamos la fea cifra de 630 €.
No he incluido el Balance Board pero tampoco importa porque lo que más me preocupa es pensar que el negocio de los grandes fabricantes se quiere encaminar a la venta de accesorios. Nintendo o Activision (Guitar Hero) ya han demostrado obtener mayores ingresos gracias a la venta de accesorios y a unos jugadores consumistas que nos lanzamos a la caza de todo lo nuevo.
Puede que nos estéis de acuerdo con todo lo que digo, pero algo de razón no me falta ¿Verdad?
