Primeras impresiones de NBA 2K13

Muchos coincidimos en señalar al NBA 2K12 como el mejor simulador de deportes de la historia de los videojuegos. Había muchas esperanzas puestas en la nueva secuela, NBA 2K13, pero nuestra experiencia no ha sido del todo satisfactoria. 2K Sports ha introducido cambios profundos en la jugabilidad que nos han dejado totalmente desconcertados y visualmente ha avanzado más bien poco.

En primer lugar nos encontramos con los controles. En 2K13 los principales movimientos se han visto afectados por pequeñas modificaciones en la ejecución que nos obligan a echar mano de los botones secundarios, haciéndonos la tarea más ardua y complicada. Además, ahora debemos acostumbrarnos a utilizar la palanca para hacer dribblings y amagos, cuando antes bastaba con apretar los gatillos del mando. Sin duda, estos cambios perjudican mucho a la jugabilidad y suponen un paso atrás en cuanto a fluidez y comodidad para el usuario.

Gráficamente, NBA 2K13 es el mismo que su antecesor, ya que las gradas siguen sin tener el más mínimo detalle y las texturas de los jugadores no presentan diferencias palpables. Bien es cierto que hay nuevas animaciones y gestos, pero resultan insuficientes y muchas veces, innecesarias. Por otro lado, sí hemos detectado cierta mejoría a la hora de defender y de seleccionar una jugada de ataque, ya que tenemos a nuestro alcance nuevas tácticas con las que frenar o sacar ventaja a nuestros rivales.

En resumen, mucho ruido para pocas nueces. El juego es un auténtico lujo si eres un rookie en los simuladores de baloncesto, pero se queda algo corto si has jugado a la anterior edición. La compañía ha decidido no arriesgar en los aspectos generales del juego y nosotros nos hemos quedado con ganas de algo más, porque el hecho de incluir un partido con el Dream Team del ’92 no nos parece suficiente motivo de compra. Por lo tanto, si andas algo corto de presupuesto, mejor espera a futuros lanzamientos más baratos y con más prestaciones.