Al entrar en un salón recreativo cualquiera de las visiones que nos podíamos encontrar solían ser las siguientes:
– La zona de los juegos de lucha, bien cerquita de la entrada por si alguno era derrotado de forma humillante, poderse ir rápido antes de que los presentes se lo merendaran con mofas y collejas.
– La zona de los juegos de atención femenina que, sin ser más que puzles y similares válidos para ambos géneros, solían ser más frecuentados por féminas que batían sin piedad a los pobres chicos ingenuos que, por intentar entablar una conversación con ellas, les echaban un duelo perdido de antemano al Puzzle Bobble.
– A continuación solían encontrarse las rarezas, 3 ó 4 muebles equipados con las placas más extraños de la sala a la que sólo jugaban los más intrépidos o aquellos a los que no les gustaba socializar mucho con las huestes del lugar.
– Por último, se divisaba todo el equipo de muebles para los títulos de coches, billar, futbolín, o las clásicas máquinas de petacos.
Junto a toda esa parafernalia siempre existía un lugar especial reservado para los títulos más concurridos, solían ser el juego de lucha de moda o, como en el caso que nos ocupa, un “yo contra el barrio” que encandilaba a todos. De entre todos ellos existe uno que hacía que los personajes que pululaban por los pasillos de aquellos recónditos lugares se pelearan por jugar y demostrar su valía. Cadillacs and Dinosaurs era su nombre, pero cuando hablas con la gente de todas partes hay otro nombre que debes decir para que sea reconocido, Mustafá, pero dejemos esto para después.
¿Por qué triunfaba un juego de cascarse de leches y avanzar en una sala de recreativas cuando existen millones de títulos de ese estilo que también tienen mil cosas buenas por ofrecer? La respuesta nos la da el propio título. Juntar algo que funciona tan bien como los dinos con vehículos y un rollo post apocalíptico sacado de la esencia de la mejor Mad Max era cuanto menos irreprochablemente atractivo.
Basado en un comic no muy popular por estos lares –y no se si tampoco más allá de nuestras fronteras– llamado Xenozoic Tales, Capcom recoge a sus personajes más destacados, su mundillo cerca del fin y el caos en el que los dinosaurios vuelven a caminar por la tierra y dando unas pinceladas propias, consigue crear este clásico del Beat em’up que tanto gustó a todo aquel que lo probó en su día.
Otro de los triunfos logrados con Cadillacs and Dinosaurs es la sensación de agilidad imprimida a su jugabilidad, en contraposición a lo toscos que hasta el momento solían ser el resto de representantes del género. Correr, un salto con caída en picado desde lo alto y un golpe especial que se realizaba de la misma forma que el “Somersault” de Guile, eran 3 pequeños detalles introducidos en las mecánicas básicas de los “avanza y pega” que difuminaba la sensación de jugar siempre a lo mismo pero con otros sprites. Al parecer además de su jugabilidad lo que más éxito le dio al juego fue uno de sus personajes, ni siquiera era el protagonista, si no que de los 4 seleccionables era uno de los secundarios, el mecánico del grupo, Mustapha, un tío que pegaba hostias como panes y tenía el mejor golpe en carrera y de ahí que todo el mundo conociera el título de capcom por el nombre de este carismático personaje.
Hubo quien aprovecho el tirón de la saga y se llegaron a editar comics que dejaban de lado el nombre y planteamientos originales de Xenozoic Tales y pasaban a llamarse directamente como el título de Capcom y contando las desventuras de sus 4 protagonistas de forma más directa a la de los ejemplares en los que se basaba. También surgió un título paralelo creado por Rocket Science Games en 1994 para la Sega Mega Cd usando el título del arcade pero que poco tenía que ver, os dejo un vídeo y vosotros mismos lo comprobáis, aunque de aquella pensad que esos gráficos y esos comics interactivos “molaban lo que más”. Se llegó incluso a editar una serie de televisión, que hasta donde yo puedo saber aquí si se emitió, al menos en canales autonómicos como la televisión de Galícia que es en la que yo pude verla.
Una cosa que nunca entenderé de Capcom es porque tras tantos recopilatorios, tras tantas reediciones para los sistemas online de las actuales consolas de sobremesa y tras tantas pamplinas, por qué aún siguen negándonos el placer de poder tener una joya como el título del que estamos hablando. Más aún cuando el juego permitía jugar a 3 jugadores simultáneos, dato que lo hace más suculento para partidas online en una posible remasterización HD o simplemente ponerlo a la venta con ese modo para jugar en red. Quizás queda la esperanza de que ya se hayan dado cuenta y estén trabajando en ello, pero teniendo en cuenta que estamos en su 20 aniversario y no se ha sabido nada, me parece a mí que la cosa está complicada.
Frustraciones aparte, no dejéis de buscar en los últimos salones recreativos que queden activos por ahí o en una de esas recreativas tan de moda ahora que llevan un mame dentro y mil juegos mal configurados, con partidas a precio de oro, pero que para unos vicios a este hito de la historia del arcade llegará de sobra, pues sólo os va a exigir 4 direcciones y 2 botones y un colega con quien pegarte de codazos para coger la comida cuando vayáis apurados de vida.
¡Cuántas monedas gastadas! Una época gloriosa, en la que por veinticinco pesetas podías pasar un buen rato.
[…] repasar toda su historia, éxitos y fracasos. En Retro-Games hemos hecho un viaje al pasado para hablar de Cadillacs and Dinosaurs, un clásico de las recreativas que a más de uno puede que os suene más por […]
Supongo que no lo reeditan por tema de licencias. Con los crossover con Marvel ha pasado algo similar y hasta hace poco no han salido nuevas entregas y reediciones de las anteriores. Seguro que cuando saquen película de Xenozoic Tales (si sale) ya saldrá remake/versión HD para entonces.
[…] no revueltos– en la misma sala, os traemos el extenso vídeo de una partida al clásico Mustafá o Cadillacs and Dinosaurs de Capcom, del que ya hace un tiempo hablamos en la sección […]