Lara Croft crece en juegos y en fama
Nada más que un año después de Tomb Raider II salia una tercera entrega para PlayStation y PC, llamada Tomb Raider III: Adventures of Lara Croft, un juego que seguía la formula de los dos anteriores títulos expandiendo la jugabilidad una vez más. A su vez Lara Croft continuaba su ascenso como ídolo mediático, en revistas y publicaciones varias, en conciertos de U2 y mucho más.
Incluso Eidos empezó a usar actrices y modelos para personificar a una Lara Croft en carne y hueso para eventos promocionales. La primera de ellas fue Rhona Mitra, que después de ser Lara Croft hizo papelones como en Beowulf junto al mítico Christopher Lambert.
Mejor no arriesgarse
Tomb Raider III al igual que su antecesor prefiere seguir con la fórmula del primer juego antes que innovar y estropear algo. “Si funciona para que cambiarlo” parece ser una de las máximas de los chicos de Core Design, algo que se repetiría en los dos siguientes títulos de la saga. Sin embargo el juego si expande algunas de las bases de los anteriores juegos, como los movimientos a disposición de Lara o algunos momentos que cambian un poco como se desarrolla el juego.
La historia del juego, gira en torno a un meteorito caído hace millones de años en la Antártida donde, en el presente, un equipo de científicos de una empresa llamada RX Tech investiga los restos de dicho meteorito, el cual tiene extraños poderes.
Mientras investiga una ruina en India, Lara Croft se topa con un artefacto creado con los restos del meteorito, el primero de cuatro de ellos que vienen de una tribu de la Polinesia. En el siglo XIX Charles Darwin encontró los artefactos en la Antártida y los cuatro se repartieron a través del globo. Es entonces cuando Lara Croft emprende otro viaje para recuperar los cuatro artefactos que la llevarán por medio mundo.
Algo que destaca en el planteamiento del juego es la disminución de las ruinas y los templos que dan paso a mayores entornos urbanos o construcciones humanas. Lo cual no significa que el juego haya cambiado, al contrario los saltos milimétricos, las trampas y otros peligros están a la orden del día. Para afrontar estos retos Lara recibió aún más movimientos, como agacharse, gatear o un botón de sprint que permite aumentar la velocidad de Lara para aquellos momentos en los que necesitamos correr mucho para salvar nuestra vida, algo que se complementa con la posibilidad de hacer una voltereta hacia adelante cuando estemos haciendo un sprint.
Toda esta nueva gama de movimientos hacen de Lara un personaje mucho más ágil, si cabe y permiten afrontar los nuevos retos de forma más satisfactoria. Sin embargo, empieza a relucir que el control del personaje empieza a ser muy poco intuitivo para tal cantidad de movimientos. La saga sigue utilizando el control tipo “tanque”, mover el personaje hacia la izquierda o derecha sólo hace que se mueva sobre su propio eje. También es verdad que permite una mayor precisión en los saltos, sin embargo esos controles se estaban quedando anticuados.
Aunque si teníamos problemas para aprender toda esta nueva gama de movimientos siempre podíamos entrenar en la casa de Lara, esta vez con aún mas habitaciones y más grande. Siempre es divertido perderse por las habitaciones de su mansión, aunque por alguna razón no la volveríamos a hasta años más tarde.
En cuanto al juego en sí, hay que destacar que el juego vuelve a hacer gala de intricados escenarios donde usar las habilidades de Lara es clave para la supervivencia, no sólo eso sino que introducía ciertos elementos de sigilo en algunas fases, que sin ser necesario si que era recomendable, un toque fresco que se agradecía. Quizás Tomb Raider III sea de los juegos de la saga más difíciles, no es de extrañar que muchas veces nos quedemos atascados. Tampoco ayuda el hecho de tener un número limitado de posibilidades de salvar nuestra partida, al menos en la versión de PlayStation.
Mucha gente se quejo de que Tomb Raider II era más fácil que el primer juego, ya que podíamos salvar cuando quisiéramos. Sin embargo ahora sólo tenemos los cristales que encontremos a lo largo de los escenarios, por lo que escoger donde y cuando guardar nuestra partida es clave.
Acabando, Tomb Raider III continúa la excelencia de la saga con un juego muy bien diseñado a pesar de que continúa la formula sin cambiar prácticamente nada. Quizás la dificultad sea algo desigual pero estamos ante otro gran juego. La semana que viene más juegos de la época de 32 bits antes de pasar a la de 128 bits. ¡Nos vemos!.
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