Como habréis visto a lo largo de las muchas entregas de Las Mejores Sagas, las segundas entregas de juegos (y de muchas otras formas de entretenimiento) rara vez cambian la fórmula de éxito. La idea es: si funciona para que cambiarlo. Este es el caso, como no, de Monkey Island 2: Le Chuck Vengeance.
Siguiendo las bases en las que se asentó la primera entrega, Monkey Island 2, ofrece mejores gráficos, una interfaz mejorada, una mayor duración y más variedad en los escenarios en el juego. Algo que unido al humor, personajes carismáticos y grandes diálogos lo convierte en otro de los grandes juegos del género.
Cuando más de lo mismo es bueno
Monkey Island 2 no vino a reinventar la rueda. El juego sigue las premisas de la primera entrega. Mucho humor absurdo, carismáticos personajes y puzles difíciles a la vez que ingeniosos. Pero eso no significa que el equipo liderado por Ron Gilbert no incluyera ningún cambió. Los gráficos fueron mejorados, con personajes y escenarios más detallados. Todo esto incrementaba la ambientación del juego incluyendo más y variados escenarios que sirven de telón de fondo a nuestras aventuras.
Además la interfaz basada en texto de la primera entrega fue cambiada a una mucho más natural y fácil de usar, usando el ratón y comandos predefinidos. Algo que básicamente se ha convertido en estándar en el género de las aventuras gráficas. Curiosamente este cambio también se trasladó al original en alguna de sus nuevas versiones, con lo cual muchas personas lo recuerden así.
La historia nos pone una vez más en la piel del pirata Guybrush Threepwood. El juego comienza con nuestro protagonista en una peliaguda situación donde está colgando de una cuerda mientras agarra un tesoro. Su amada Elaine aparece y le pregunta cómo se ha metido en esta situación. Es entonces cuando Guybrush nos narra la historia en forma de flashback que es donde transcurre buena parte del juego. Es aquí donde vemos al entrañable pirata en busca del tesoro más escurridizo: el “Big Whoop”, pero en su búsqueda se las arregla para ser en parte culpable de la resurrección del su mayor enemigo Le Chuck, que jura venganza contra nuestro protagonista.
La única solución para Guybrush radica en encontrar el “Big Whoop” y usar el gran poder que tiene para pararle los pies a Le Chuck y evitar así caer víctima de su venganza. Atención al majestuoso final, uno de los mayores “troleos” o genialidades del mundo de los videojuegos, depende de cómo se vea.
La jugabilidad apenas presenta cambios, aparte del modo lite, el cual es un modo de juego más fácil donde algunos puzles e ítems han sido suprimidos para permitir a aquellos que no puedan con algunos de los retorcidos puzles, una partida más tranquila. De todas formas en cualquier de las dos formas, el juego sigue siendo un disfrute.
Una pena que este fuera el último juego de Ron Gilbert y compañía juntos, ya que este abandonó Lucas Arts después de esta segunda entrega. La tercera entrega está creada por un nuevo equipo por lo que nunca sabremos donde quería llegar con aquel final. De todas formas Monkey Island 2 es otro de esos juegos imprescindibles.
Y eso es todo, la siguiente semana veremos la tercera y cuarta entrega, ya sin Ron Gilbert y Tim Schafer al mando. ¡Nos vemos!
La verdad es que es una trolleada grandísima que los padres de tu personaje vengan a llevárselo al final del videojuego, sólo un humor de este tipo podía salir de Lucasarts, muy grande!