Desgraciadamente hay numerosas adaptaciones que no hacen honor a la obra original en la que se basan. Si bien la semana pasada hablábamos de la excelente conversión cinematográfica de Silent Hill, ahora analizamos una de las peores versiones en pantalla grande que ha conocido el mundo de los videojuegos: Street Fighter: La última batalla (1994).
El videojuego
En 1991 aparecía en los salones recreativos japoneses uno de los videojuegos de lucha más importantes de toda la historia. Street Fighter II nacía para dar al mundo un estándar en el género, marcando un hito en ventas y consolidando en formato doméstico un estilo de juego más prodigado a salones donde dejarnos nuestra paga.
En el año 1992, y debido al éxito de Super Famicom, Capcom editaba su título para la consola de dieciséis bits de Nintendo. Se convirtió rápidamente en un éxito de ventas, con versiones posteriores para Mega Drive y Turbografx. De esta manera en nuestros hogares pudimos jugar interminables partidas con nuestros amigos sin tener que dejarnos la asignación semanal de nuestros padres. Todavía recuerdo cómo mi madre me llamaba para cenar mientras yo le decía: “¡¡¡que estoy con Mr. Bison, ahora no puedo…!!!
Era inevitable que la industria cinematográfica de mediados de los noventa (muy dada a películas de acción) se fijara en el potencial de este videojuego ya convertido en clásico. Las andanzas de Ken, Ryu y compañía se encaminaban a la gran pantalla, pero no lo hacían de la forma correcta.
La película
En 1994, el director americano Steven E. de Souza, forjado como guionista de series de televisión como el Coche fantástico o “V” y en películas de acción como Perseguido (1987), o Commando (1985), era el encargado de dirigir (y escribir) la adaptación cinematográfica del videojuego de Capcom. Curiosamente, en su haber posterior también figura como creador de la historia de Lara Croft: Tomb Raider, la cuna de la vida (2003).
Rodada en varios lugares, destacan los exteriores de Bangkok, lugar que representaba el país ficticio de Shadaloo.
La película narra (bueno, lo intenta) como el general Bison (interpretado por el fallecido Raúl Julia) secuestra a unos civiles, pidiendo un rescate multimillonario que le permitirá crear soldados mejorados genéticamente para controlar el mundo. Contará para ello con la ayuda de Dhalsim y Blanka (un convertido Charlie). Bison se encontrará con la oposición y lucha del coronel Guile, a quién da vida Jean-Claude Van Damme, Cammy, interpretada por la cantante Kylie Minogue, y T-Hawk, entre otros.
La película fue un éxito de taquilla, entre otras cosas por la presencia del musculado Jean Claude, pero la crítica y los fans del videojuego la consideraron una de las peores películas de aquél año. A día de hoy está considerada también igualmente una de las peores adaptaciones de videojuegos.
El Videojuego Vs. Película
Ya se ha comentado que nos encontramos ante una adaptación pésima, pero no sólo en cuanto a aspectos técnicos o artísticos. El film hace un uso tan exageradamente libre de la historia del videojuego del cual coge el nombre, que provoca estupefacción y sonrisas a partes iguales.
Para empezar la historia está protagonizada por un Guile sin tupé encarnado por Jean-Claude Van Damme, cuando el emblema de los videojuegos siempre han sido Ken y Ryu, que aquí son unos meros timadores de tres al cuarto y no los ilustres luchadores del videojuego. Dhalsim no es doctor, Charlie en los videojuegos es amigo de Guile y no se convierte en Blanka, son dos personajes completamente distintos que la película une sin ningún sentido. Ni Chun Li ni Honda son periodistas…y un largo etcétera en el podríamos más tiempo recitando del que dura la película.
También es reseñable que en el film los personajes no ejecutan claramente sus golpes críticos tal como aparecen en el videojuego, tal vez porque en una película de este tipo no hubiera quedado del todo bien.
**Han sido mucho más acertadas las adaptaciones Anime **que ha tenido el popular juego de Capcom. Tanto Street Fighter II La película como la serie animada han sabido mostrar el universo de Street Fighter (muy rico por otro lado) de forma más fidedigna.
Opinión
Cuando alguien vende los derechos de una obra para su explotación como adaptación en otros medios, debería poner condiciones para asegurarse un mínimo de calidad más allá del fruto económico. Ken Levine, creador de Bioshock decidió no seguir adelante con la adaptación de su popular título después de ver varios cambios de dirección en el proyecto y desajustes presupuestarios que no hacían viable la adaptación tal como su creador hubiera deseado.
Street Fighter no hace gala desde mi punto de vista de un excelente guión donde se pueda extraer una buena historia para la gran pantalla, Bioshock o el ya comentado Silent Hill dan mucho más de sí. Pero de eso a parir una película de patadas a lo Van Damme, y encima desastrosa, pues hay un largo trecho.
Quede como ejemplo de lo que no se debe hacer, pero el ser humano es de los pocos animales en tropezar varias veces con la misma piedra, así que pasados unos años lo intentaron con Street Fighter La leyenda de Chun Li (2009). Pero esa es otra historia.