Max Payne siempre ha sido un referente en el mundo reciente de los videojuegos, no por definir el género de la acción en tercera persona, pero si por unir conceptos como espectáculo y acción con una buena historia. Orientado hacia el estilo noir nos explica el viaje de un personaje hacia su propio destino a través del concepto del mal. En un mundo triste y oscuro con la forma de la ciudad de Nueva York comienzan las andanzas de este antihéroe.
Los videojuegos
Max Payne fue desarrollado por Remedy Entertainment, los mismos creadores que el excelente Alan Wake. Lanzado en 2001 para PC y posteriormente para Xbox y PlayStation 2, nos muestra la persecución de Max de una organización criminal que trafica con una sustancia llamada Valkirya. Unos adictos a esta droga fueron los asesinos de su familia. Max, dentro de su tormento personal descubrirá una trama que afecta incluso a las altas esferas del gobierno.
Los interludios, a la hora de narrar la historia, están mostrados en formato cómic, dando a la historia un profundo estilo noir no demasiado prodigado en la época en la que el juego se lanzó. Por otro la acción del personaje destaca por el a veces abusivo uso del bullet time, concepto que nació con Matrix y que el juego hace que sea una de sus señas de identidad.
Max Payne 2, distribuido ya por Rockstar (encargados también de la versión para consolas) y lanzado en 2003 se limitó (con bastante acierto) a extender los conceptos iniciados por la primera parte. Las mejoras en el control y los gráficos eran significativas, además de seguir contando la historia a través de cómics en los interludios. En definitiva, Remedy dio continuidad a una excelente historia, y si bien no cosechó las excelentes críticas de Max Payne a día de hoy todavía aguanta el tipo como excelente título de acción.
Rockstar, ya con Remedy fuera del proyecto lanzó en 2012 la tercera parte de la saga, rompiendo con la estética de las dos primeras entregas (aunque las fases de Nueva York son un claro homenaje a los juegos realizados por el estudio finlandés). El cambio vino a actualizar una saga a los tiempos actuales, y el estudio de Grand Theft Auto imprimió su carácter a Max Payne.
Pero hay que reconocer que Max Payne 3 tiene personalidad propia, lejos de ser una aventura continuista hace gala de un excelente guión y un uso intenso de la acción, introduciendo en la saga el sistema de coberturas, pero eliminando las secuencias de cómic por vídeos generados por el propio motor del juego. Todos estos elementos hacen que el juego tenga una estructura cinematográfica por si sola más atractiva que la película que se realizó cuatro años antes.
La película
Con un rodaje de tan sólo unos meses y una posproducción también corta se rodaba y se estrenaba en 2008 la adaptación a pantalla grande de Max Payne. El elegido para dirigir las andanzas del policía de Nueva York fue un relativamente desconocido hasta esa fecha: John Moore, director de películas de acción como la última entrega de Jungla de Cristal (2013) o El vuelo del Fénix (2004). Los derechos de la adaptación acabaron en manos de 20th Century Fox cuando se adquirieron en 2002 por Dimension Films, la productora entre otras de la saga Scream. Hacer una producción de encargo cinco años después del lanzamiento de la segunda parte de la saga no le hizo bien a este film.
Está a su vez protagonizada por un Mark Wahlberg con un perfil plano que no se adapta al personaje atormentado de los juegos. En cuanto al resto del reparto, sólo destaca una impresionante Olga Kurylenko como hermana de Mona Sax.
Al igual que en el videojuego la película cuenta la historia de Max, un policía de Nueva York atormentado por el brutal asesinato de su mujer y su hijo. También es acusado de asesinar a su antiguo compañero. Max sabe que detrás de esta conspiración esta la misma gente que asesinó a su familia. La droga experimental Valkirya se convetirá en la pieza clave de este rompecabezas.
Los videojuegos Vs. película
Como ya se ha comentado con anterioridad la película nunca explota las enormes capacidades cinematográficas que tienen los dos primeros títulos de Max Payne. Son juegos con una estructura ideal para convertirse en una excelente película, pero inexplicablemente, teniendo un material de primera, da la impresión de que el estudio encargado de desarrollar el film lo hizo por mero encargo, sin pasión.
Las diferencias son notables, para empezar Mark Wahlberg, a pesar de ser un excelente actor, su actuación plana no capta la actitud del Max de los juegos. El resto de personajes tampoco cuadran, se da por ejemplo mucha más importancia a la hermana de Mona Sax que a ella misma. También se introducen elementos sobrenaturales que no aportan nada a la trama. Y lo más importante de todo: el bullet time no se muestra en su esplendor, cuando en la práctica totalidad del juego se hace un uso intensivo del mismo.
La película además, tarda casi una hora en arrancar, y cuando lo hace, se atropella con unas cuantas escenas de acción tardías que dejan bastante indiferente al espectador. La música tampoco es lo más destacable de esta cinta.
El único punto a favor de la película es la ambientación de ese Nueva York sombrío y nevado tan mostrado en el videojuego. En ese sentido, la dirección artística del juego si está lograda, captando casi a la perfección esa desolación y tristeza de la ciudad más importante y a la vez más delictiva de Estados Unidos.
Opinión
Por todo lo comentado, Max Payne se podría encontrar dentro de las adaptaciones mediocres comentadas en esta sección. En manos de un director cualificado, y con un equipo de asesores que hubieran consultado al menos a los creadores del juego original, la cosa tal vez hubiera salido mejor. No es la peor película de la historia, pero si es una obra totalmente intrascendente, al contrario del videojuego en que se basa. Una historia mejor hilada, más acción y un mayor respeto al personaje, hubieran dado una adaptación genial. Material había de sobra.
Para terminar, destaco que Max Payne 3, desarrollado por Rockstar y producido bastante tiempo después del estreno de la película, tiene un desarrollo y una profundidad cinematográfica mucho mayor que la cinta que se estrenó en cines de todo el mundo. Se demuestra con ello, que cuando algo se hace con pasión, sale bien.
¿Es Max Payne un intento fallido de buena adaptación? ¿La consideráis una película aceptable?