Acaba de salir al mercado la esperada secuela de la saga Souls, Dark Souls III que, en poco tiempo ha conseguido hacerse un hueco en el corazón de los jugadores hardcore. Cómo suele ser, dado que es una de las cosas que caracterizan el juego esconde un montón de secretos, tanto en ítems y armas, como en lore y mecánicas. A continuación te presentamos uno de esos nuevos giros de tuerca que afectan al gameplay, el modo hueco.
Pero, ¿Hay modo hueco en Dark Souls 3?
Como bien sabréis (si no, no os preocupeis que os lo recordamos) en este título cuando morimos no entramos en modo hueco, sino que pasamos a estar en modo ceniza. Funciona bastante parecido, solo que ahora no parecemos un cadáver reseco, si no que simplemente tendremos un tono más tostado estando en ascua y un aspecto normal siendo ceniza. No obstante, podemos ser huecos a través de un pacto que podremos realizar tras rescatar a uno de los peregrinos justo tras bajar del gran muro.
Una vez hablemos con la criatura ella se ofrece a servirnos y se va al santuario enlace de fuego. Le encontraremos exactamente en uno de los recovecos de las galerías que hay a los lados de la sala de André el herrero.
Nos dará la opción de sacar el verdadero poder, lo cual, nos permitirá subir niveles sin almas, pero, pensadlo bien, porque esto tiene repercusiones de las que el astuto personaje no nos advierte.
Subir niveles de esta manera no solo nos pasará a estado hueco, sino que, iniciará toda una subquest que puede ser interesante tanto a nivel narrativo como en ayudas para seguir con la aventura.
El estado hueco de Dark Souls 3 es bastante diferente al del original. En este título es más beneficioso que perjudicial, pero, recordad que tendremos que estar continuamente pareciendo un zombie. Cada vez que muramos en modo hueco ganaremos puntos hueco que podemos intercambiar por niveles hablando con el peregrino. No os spoileamos lo que pasa si le seguimos llevando puntos, pero, te adelantamos que no durará para siempre.