Los juegos de conducción siempre ha sido una de mis pasiones y tengo que reconocer que hasta que no llegaron las consolas de 32-bits y los gráficos tridimensionales a los ordenadores no fue cuando las grandes sagas como Gran Turismo, Test Drive, Need for Speed o Colin McRae Rally entre muchas otras hicieron su aparición. Pero antes de esa época disfrutamos de grandes juegos de conducción arcade y entre ellos hoy me gustaría destacar Super Off Road, un juego que me enamoro por su divertida propuesta y su modo para dos jugadores.
Circuitos y adversarios locos
Super Off Road basó su éxito en el planteamiento de sus circuitos. Con un total de 12 circuitos jugables en distintas direcciones y trayectos daban como resultado muchas carreras distintas y difíciles de recordar. Los circuitos estaban llenos de elementos que no hacían más que dificultar la victoria como por ejemplo fosos de agua, baches, inclinaciones de pista y muchas más trampas que podían hacer que bajáramos del primer puesto al último en un abrir y cerrar de ojos.
Los adversarios eran, directamente, locos al volante. No podría decir si existía inteligencia artificial en aquel juego (lo dudo) pero el resto de conductores se parecían mucho a los circuitos ya que no te lo ponían fácil. A la mínima ocasión no perdían la oportunidad de estamparse contra nuestro piloto, hecho que dificultaba aún más la posibilidad de ganar.
Mejoras en el coche: toda una novedad
Si había un elemento en el juego que destacara sobre los demás era la posibilidad de mejorar nuestro coche a cambio de dinero. Super Off Road fue uno de los primeros juegos (sino el primero) en introducir este elemento en un juego de coches, convirtiéndose con los años en un estándar para muchos juegos de conducción arcade.
El sistema era sencillo. Dependiendo de la posición en la que acabáramos la carrera y las bolsas de dinero (repartidas por los circuitos) que cogiéramos podíamos conseguir miles de dólares para mejorar las ruedas, el motor, comprar nitro y otros elementos. Además no se trataba de un elemento estético, ya que la mejora de un elemento u otro podía marcar la diferencia entre ganar o perder una carrera.
Gráficos y modo para dos jugadores
A nivel gráfico, Super Off Road destacaba por el nivel de detalle de los circuitos y el efecto que los elementos que había en el mismo provocaban en los vehículos. Además la vista aérea del juego ayudaba a prepararnos para elegir el camino más adecuado (si es que había alguno).
El modo para dos jugadores era, si cabe, más divertido. Si ya era gracioso ver como uno se manejaba con un Big Foot, jugar con un amigo no tenía desperdicio. La estrategia y los duelos eran predominantes en este modo, lo que provocaba que casi se jugara a un juego totalmente diferente.
Conclusiones
La moda por aquel tipo de coches se fue tan rápido como llegó. Aun así, la esencia de las carreras off road (fuera de la carretera) se ha mantenido intacta gracias a varias sagas de juegos de rally y motocross y más actualmente con la gran saga MotorStorm, digna heredera de las carreras locas y oponentes kamikazes presentes en Super Off Road, un juego que si bien no marcó una generación, dio muchas horas de diversión en todas sus versiones para consolas y recreativas.
Xombit Games | Retro-Games