Carta de un fan decepcionado y cabreado a Microsoft

Mis muy estimados señores de Microsoft:

Les escribo para tratar de poner remedio a lo muy decepcionado que me encuentro con su sistema de videojuegos del cual soy poseedor desde hace más tiempo del que soy capaz a recordar –entiendan esto como una exageración necesaria en pos del drama que pretendo generar, malditos–.

Ya había sido usuario de su anterior sistema ahora conocida como “Xbox1” o “Xbox original”, en un alarde de eso, originalidad, la cual junto con mi muy querida y maltratada GameCube de esos señores compañeros suyos de profesión, llamados Nintendo, hacían que la falta de una Ps2 en mi vida se viera totalmente tapada.

A diferencia de lo que luego observarán, con este primer sistema nunca he tenido ninguna queja, ni usando aquel primer Xbox Live tosco y simple, ni la consola en si de forma desconectada. Todo era perfecto, disfrutable, los juegos, no muchos, que adquirí para ella fueron totalmente satisfactorios, redondos, conclusos, y así los conservo aun como reliquias que son hoy día, dada la evolución actual de éste su mercado, el que tanto dominan.

El problema al que me remito, con su actual sobremesa, o cacharro, ya que tampoco es que tengan ustedes muchos más, no es sólo a causa suya, influye también como les decía antes el mercado y su abrumante descontrol. Empecé ilusionado con aquello de que las descargas digitales y el contenido adicional llegara a las consolas de sobremesa, y no podía esperar a ver que me ofrecería el nuevo Xbox Live. Error, pues las ilusiones no me duraron mucho ya que todo el tema del contenido descargable y las copias digitales en vez de hacerme más accesible todos esos juegos, sólo los alejaron de mi mente con precios irrisorios, pero no por bajos, sino por desproporcionados. Pero esto casi es otra historia que les contaré otro día.

Cuando llegó Ps3 yo defendía con orgullo mi Xbox Live Gold frente al gratuito PS Network, alegando que los servidores dedicados de los que yo disfrutaba en mis partidas poco tenían que ver con los de Sony. Pero luego llegó la versión plus del servicio en línea de los japoneses. Mejoraba cada día, con precios similares al Gold pero trayendo juegos de regalo. Mientras yo, que no jugaba casi en red, había dejado de pagar el servicio Gold, y veía como el acceso gratuito poco tenía que ver con el de la competencia.

El colmo llegó cuando los precios de Sony bajaban hasta hacer ridículos los de ustedes, muy señores mios que ojalá caigáis en las fauces de satán, si es que no lo representáis. Yo con mi servicio aún gratuito me sorprendí al ver que ni siquiera algo tan básico, aunque no necesario en una consola, como el navegador, que llegaba tarde y mal, me era permitido sin poner mi cuenta bancaria a sus pies. Triste, muy triste y sé que será así en los meses venideros a menos que el nuevo sistema que están gestando ponga remedio a toda esta locura.

¡Ah!, pero mi tristeza ha llegado a su cenit estos días, cuando después de haber disfrutado del servicio de pago un par de meses para darle caña a Halo 4, no he podido anular la renovación automática, al estar cambiando mi cuenta a una que uso de forma más habitual. La consecuencia fue no tener fondos para la renovación, y por tanto dejar de inmediato de recibir acceso como miembro oro, pero en cuanto volví a llenar la hucha, semanas después se procedió al cobro de dicha mensualidad, aunque con una salvedad, la fecha de caducidad se mantuvo como si hubiera seguido disfrutando todo este tiempo del servicio completo en linea.

Me han cobrado por tanto ustedes por 8 días que quedan desde el momento en que escribo la misma cantidad que estafan por un mes entero de su detestable y miserable servicio, muy señores míos. Les emplazo al más doloroso de los castigos que pueda pasar por su mente, por que es lo menos que merecen por no espabilar de una maldita vez con quien les da de comer. A ustedes hay que tratarlos como a los perros bien educados que se les enseña a no morder a la mano que les ceba.

No esperando recibir ninguna solución, se despide muy cordialmente un usuario que seguramente, no lo será más.