Microsoft muestra las diabólicas restricciones de Xbox One

Cuando Microsoft presentó su consola hablaron de televisión (mucho) y de juegos (poco). Pero no soltó prenda del resto, fue cuando Phil Harrison empezó a decir cosas preocupantes cómo que deberíamos conectarnos cada 24 horas Internet si queríamos disfrutar de los juegos que habíamos adquirido legalmente o que no podríamos prestar nuestros juegos. Microsoft salió rápidamente para decir que no había nada decidido y 2 semanas después ha mostrado sus verdaderas intenciones, siendo tan horribles como nos temíamos.

Venta digital en forma de disco

Los puntos más llamativos son los siguientes:

– No podremos vender juegos a menos que las distribuidoras así lo permitan. Y estos sólo se podrán vender a tiendas que lleguen a un acuerdo con Microsoft. No más ventas privadas o individuales y no más ventas a tiendas pequeñas. El comercio de juegos de segunda mano se ha convertido en un oligopolio que controlaran unas pocas cadenas.

– No podremos prestar juegos. Los juegos sólo funcionaran en nuestra cuenta o consola, incluso los que compremos en forma física. Estos discos servirán sólo de instalación, acabándose así la tradición de compartir juegos con amigos y familiares. La única opción es dar el juego a alguien que tengas en tu lista de amigos durante al menos 30 días. Si así lo permite la distribuidora y SÓLO una vez, por lo tanto lo estás dando y no prestando. ¡Gracias, cuánta amabilidad!

– Xbox One requiere conexión a Internet cada 24 horas o de otra forma no podrás usarla. Si no tienes acceso a Internet o eres de los que sufren problemas cada cierto tiempo mejor mirar otras opciones. Por otro lado requiere que Kinect 2.0 este funcionando y observando continuamente todo lo que haces. ¿A alguien le recuerda a la novela de 1984?

– Hasta 10 familiares podrán jugar a los juegos que poseamos en sus respectivas cuentas de Xbox Live, pero antes de que se os suba a la cabeza aprovecharse del sistema, tened en cuenta que será bastante restrictivo. Los detalles no son claros pero se habla de que sólo una cuenta podrá jugar al juego a la vez o que este restringido a la consola donde pertenece el juego.

Esto son las peores consecuencias de tal draconianas condiciones que Microsoft quiere que aceptemos. Según ellos, cuando compremos un juego ya no estamos comprando una copia, sino una licencia. Quiere que aceptemos todas las desventajas de las compras digitales sin uno solo de sus beneficios, porque por lo que parece los juegos aún costarán 70 euros de salida. Medidas por y para las distribuidoras que siguen buscando formas de sangrar más dinero a los usuarios. No sé que sorpresas y exclusivas nos depara la compañía de Windows pero, en mi opinión, no merecerán la pena el sacrificio de tantos de nuestros derechos como consumidores.