Quizás uno de los animales más simpáticos que pueden cuajar dentro de un videojuegos son los monos, y el género de los endless runner no podría quedarse sin uno de ellos. Banana Kong da total protagonismo a un simpático mono en un videojuego del género endless runner que se inspira directamente en el clásico Donkey Kong de consolas Nintendo.
Con Banana Kong tenemos un simpático platafomas sin fin que nos ofrece niveles aleatorios donde tendremos que evitar que nuestro mono se choque con ciertos obstáculos o que sea alcanzado por enemigos. El control del mono es muy sencillo, pulsando sobre la pantalla táctil para el salto, una pulsación más larga para planear en el aire, deslizar nuestro dedo hacia la derecha para las distintas embestidas o deslizar el dedo hacia abajo para alcanzar zonas inferiores.
En el transcurso de la partida no sólo tendremos que lidiar con obstáculos y enemigos, sino también recoger bananas para desbloquear añadidos y superar puntuaciones. Sabiendo que los escenarios son aleatorios, también podremos entrar a cuevas y zonas submarinas donde cambia ligeramente la jugabilidad, haciendo así que la experiencia sea aún más variada y divertida. Además, se nos da la opción de subirnos a ciertos animales como un jabalí o tucán para ir aún mucho más rápido y tener un toque adicional.
De animales y obstáculos tendremos bastante variedad como agua, lava, rocas, pirañas, aviones estrellados y hasta cocodrilos muy hambrientos. Al acabar la partida, podremos canjear nuestras bananas acumuladas en la tienda de sombreros, mejoras para nuestro mono, objetos, diversos paracaídas, ver nuestros logros superados y hasta hacer uso de super poderes, aunque este caso con micro pagos.
Se trata de uno de los endless runner más divertidos a los que he jugado durante los últimos meses, que además cuenta con una música muy pegadiza y un personaje realmente simpático.
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