Europa Universalis IV contiene un crisol de posibilidades para nuestras partidas, y desgraciadamente, tutoriales con un alcance muy corto. En Xombit Games os hemos explicado el funcionamiento y contenido de los menús, pero no queremos dejar pasar otros aspectos de un juego tan grande. Os vamos a explicar los funcionamientos básicos de la guerra en varios aspectos, empezando por el diplomático.
La parte crucial viene cuando declaramos la guerra, o cuando nos la declaran. Antes de esto es necesario tener las mejores alianzas que podamos. Si tomamos por ejemplo Castilla –un muy buen reino para principiantes–, un paso lógico sería el de aliarnos con Portugal, ya que es un aliado cercano –y por tanto podrá ayudarnos con tropas y barcos en poco tiempo–, y con alguna potencia Europea –aunque será bueno evitar a Austria, pues su pasatiempo favorito es declarar guerras y nos perjudicará a la larga– que nos pueda echar un cable con Francia, ya que tarde o temprano correrá la sangre.
Cuando vayamos a declarar la guerra, todo esto pesará, y también al pactar la paz. En el caso de Castilla, y como podéis ver en la imagen anterior, atacar a Granada antes del final de la tregua –empezamos en tregua con ellos– traería consecuencias muy negativas, especialmente si no contamos con aliados. Nos costaría 5 puntos de estabilidad, lo que podría provocar rebeliones, y lo peor, caerían los ingresos por impuestos.
A pesar de todo tendríamos casus belli, lo que siempre es importante para evitar penalizaciones por expansión agresiva, que afecta a las relaciones diplomáticas negativamente. De modo que nos conviene no declarar guerras sin casus belli, y al firmar tratados de paz –como se aprecia abajo– no pedir demasiado, rara vez nos convendrá una anexión total, por mucho que podamos pedirla.
También podemos apreciar en la imagen de arriba cómo influye el poder de tener buenos aliados, y es que a veces será tan útil que no tendremos ni que librar batallas o bloquear puertos para poder firmar la paz, siempre que podamos firmar tratados por nuestra cuenta, ya que dependiendo de nuestra fuerza y la de nuestro aliado –en caso de entrar en guerra apoyando a estado amigo–, tendremos diferentes escalas de poder a la hora de negociar.
Todo esto será suficiente para dominar el espectro diplomático de las guerras en Europa Universalis IV, aunque todavía nos queda mucho por explicar para poder convertirnos en el terror de nuestros vecinos. Es importante saber que en este título la suerte es un factor clave y cada partida es un mundo diferente, pero estos son los aspectos básicos a tener en cuenta si queremos tener en orden los asuntos bélicos de nuestro estado.
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