A veces el juego más sencillo es a su vez el programa más adictivo, y esta premisa se la podemos aplicar a Tower Boxing, una experiencia de juego directa que se ha convertido en una de las propuestas más divertidas de los últimos tiempos. Estamos ante un videojuego donde prima la habilidad y los reflejos por encima de otras variables, y que nos invita a superar nuestras marcas (y la de nuestros amigos) mientras derribamos un gran rascacielos con múltiples guiños a la cultura popular norteamericana.
Tower Boxing recoge el testigo de juegos como el clásico Rampage, pero lo minimiza a una experiencia jugable sencilla, corta pero muy intensa, que nos propone llegar lo más lejos posible derribando un rascacielos. Para ello sólo debemos ocuparnos de pulsar sobre el lado izquierdo o derecho de nuestro terminal para destruir el edificio mientras vamos esquivando las cornisas y los distintos carteles publicitarios, que hacen un guiño a ciertas empresas norteamericanas como Google.
La dificultad del asunto es que en la parte superior de la interfaz contamos con una barra de tiempo que no para de bajar, y que la única forma de mantenerla medianamente llena es ir lo más rápido posible en nuestro objetivo de derribar un edificio que no tiene fin. Esto nos propone amplias dosis de habilidad y reflejos para “no comernos” ninguna cornisa o cartel, mientras tenemos un ojo puesto en la barra de tiempo que no para de consumirse.
Aunque de inicio el personaje principal será el mismísimo Rocky Balboa (subido de peso), con el avance de las partidas iremos consiguiendo otros personajes como a Godzilla, a un gordo amante de las hamburguesas, un zombie, al deportista de golf Tiger Woods, y a un mono subido sobre un rinoceronte, guiño a Donkey Kong Country. La jugabilidad queda reafirmada por un aspecto visual retro creado a base de píxeles que le otorga cierto aire retromelancólico de juegos de antaño que apiostaban por una jugabilidad directa.
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