Desde la publicación siempre valoramos muy por encima la labor creativa de un producto dado que logra impregnarse de cierta personalidad que no es posible encontrar en producciones que vienen amparadas por las directrices de grandes editoras del sector. Es por eso que debemos tratar a Dash till Puff! como un juego distinto, porque basándose en una premisa jugable sencilla y directa, ha logrado alcanzar una alta dosis de dedicación pasando con buena nota nuestro juicio.
Si a todo lo anterior le sumamos que el programa ha sido desarrollado por el equipo catalán Rifter Games, pues merece una mención mayor. Es agradable que, a pesar de estar en un país donde precisamente los pequeñas empresas no cuentan con muchas ayudas, sí que han sido capaces de gestar un videojuego de los de antes, esos de los que esperábamos sólo una cosa: diversión. Y realmente lo consigue. Ultimamente hemos mencionados títulos como The Tower o Dash Up!, programas directos, sencillos y que nos han encantado.
Dash till Puff! es una especie de juego de habilidad donde debemos controlar a una caprichosa bola en escenarios que se crean proceduralmente y donde no cuentan con un fin determinado, teniendo así que marcar nuestras mejores puntuaciones. La gracia del asunto es que nuestra bola cuenta con un control y comportamiento diferente para cada uno de los niveles, con lo que mientras en uno la bola flota en el espacio, en otros vuela, fluye e incluso bota. La principal misión es esquivar todas las formas geométricas que salgan a nuestro paso, logrando subir de dificultad cuando alcancemos una distancia objetivo.
El programa se compone de cinco mundos, con tres niveles de dificultad cada uno, y donde todo fluye de una manera dinámica lo que, sin duda, favorece el factor jugable. Aunque en unos primeros inicios pueda parecer que Dash till Puff! es un juego imposible, con un poco de práctica se puede llegar hasta el tercer nivel de dificultad y empezar a pensar sólo en las tablas de clasificación. Para arropar la jugabilidad compositores como Waterflare, DJVI o Forever Bound ponen temas techno a cada una de las fases, siendo todos muy pegadizos.
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