El pobre lanzamiento de Assassin’s Creed Unity, que se ha llevado un buen varapalo en críticas ha provocado que, no sólo que los internautas se echen unas risas a costa del, más que amplio, abanico de bugs que pueblan la nueva entrega de su saga más fuerte en el mercado, sino que los inversores temen que el juego no cumpla con sus expectativas de ventas provocando una fuerte bajada de las acciones de la compañía francesa.
Un problema que últimamente parece ser más común de lo que parece con ejemplos cómo el caso de Battlefield 4 que durante semanas (o meses) estuvo plagado de problemas o el reciente DriveClub que ha día de hoy no está disponible para los usuarios de PS+, tal y cómo Sony prometió hace más de un año y que aún sufre muchos problemas en su modo online.
El problema de Assassin’s Creed Unity es una larga serie de bugs de todo tipo, hay decenas de videos en YouTube mostrando la gran cantidad de formas que el juego puede sorprender, e incluso asustar con sus errores. Problemas en las caras de los personajes que los hacen parecer monstruos de películas de terror de serie B, caer a un abismo virtual sin fin o salida o todo tipo de extraños comportamientos de los NPC, objetos flotantes, quedarse pegado a una pared y un largo etcétera de errores que ha frustrado a usuarios y hecho reír a muchos otros a partes iguales.
Además están los pobres análisis del juego que ahora mismo se aguanta con un discreto 80 sobre 100 en Metacrític y con un pésimo 4.7 sobre 10 en la nota de usuarios. Todo esto ha provocado una desconfianza de los inversores en Ubisoft que temen que la saga estrella de la compañía vea afectada sus ventas de forma significativa, trasladándose a sus acciones con una bajada del 9% el día de ayer.
La solución de Ubisoft pasa por un parche que esperemos arregle los problemas del juego, o al menos la mayoría. Veremos que es lo que pasa en el futuro.