Dragon Age: Inquisition lleva ya un mes con nosotros, pero es un título tan grande que sacarle todo el jugo nos ha costado patearnos medio Ferelden y otro medio Orlais, que no es poco. Ya va siendo hora de que os contemos lo básico: subir rápido de nivel.
Todos queremos hacerlo en todos los juegos, llegar pronto a niveles respetables es el sueño húmedo de todo buen gamer, y en Inquisition la necesidad se acentúa cuando vemos que la subida de nivel puede ser bastante lenta, pero todo tiene su truco.
Os vamos a dejar unas simples directrices que pueden ayudarnos mucho a maximizar siempre la experiencia que ganamos. En esta entrega de Dragon Age tenemos muchas cosas que hacer, podríamos simplemente dar vueltas y matar bandidos o cazar animales, pero no es tan importante matar mucho como hacerlo en el momento y lugares adecuados.
Coger todas las misiones posibles: cuando lleguemos a una nueva ubicación, lo mejor que podemos hacer es darnos una vuelta por el lugar y hacernos con todas las misiones que podamos, será fácil porque nos las marcan según nos acerquemos, a veces incluso sin acercarnos, pero merece la pena darse una vuelta por los pueblos y demás localizaciones. Y por supuesto, terminarlas, algunas nos darán mucha experiencia.
Montar todos los campamentos: estos nos reportan puntos de poder, que al igual que los astrarios y otras misiones van encaminadas a mejorar el poder e influencia de la Inquisición, pero siempre viene muy bien tenerlos montados, ya que llegando hasta ellos podremos conseguir más misiones que a la larga nos darán la experiencia que buscamos.
Cerrar las grietas del velo: al principio es de las cosas que más experiencia nos reportarán, y en la zona de las Tierras Interiores, una de las primeras que visitaremos, hay suficientes como para aburrirnos. Especialmente llamativas son las grietas de alto nivel, que en esta zona de Ferelden encontraremos 3, una al lado de las granjas y otras dos en la parte inferior izquierda. Eso sí, no deberíamos intentarlo hasta llegar al nivel 6 o 7.
Matar a los dragones: no siempre resulta fácil, y normalmente antes de matar a ninguno tendremos que habernos pateado toda su zona, más que nada para tener la experiencia suficiente como para poder plantarle cara. Son duros de pelar pero tienen debilidades que podemos explotar, y las recompensas merecen mucho la pena. No debemos asustarnos con ellos, pero tampoco suicidarnos, en Inquisition todo es saber cuándo eres lo suficientemente fuerte como para atacar.
Ventajas de rango: las ventajas de rango las iremos ganando conforme subamos de nivel y ganemos influencia, usarlas sabiamente podrá darnos muchos beneficios, y es que podemos hacernos con ventajas que aumentan la experiencia ganada al añadir entradas al códice y matar enemigos. Pero no debemos abusar de estas, todas son muy interesantes.
Con estas directrices podremos conseguir un buen puñado de puntos cada vez que saquemos de paseo a nuestro personaje, pero no os vamos a engañar, hace falta echarle tiempo. Inquisition está pensado para que investiguemos todos sus rincones, es un mundo en el que las grandes cosas se cimentan sobre pequeñas acciones, así que no dejéis pasar ni una.
¿Conoces algún otro consejo que darnos? Los comentarios siempre están abiertos a toda clase de sugerencias.