The Order: 1886 está ambientado a finales de siglo XIX en la ciudad de Londres, aunque no pretende recrear con exactitud esa época. Podemos ver como conviven los carros de caballos con comunicadores inalámbricos y como una orden que data de la época del rey Arturo sobrevive hasta entonces.
Esta estética steampunk permite añadir al juego características que sin ella serían muy difíciles de encajar, y entre esas características tenemos las armas. En un sótano de la ciudad de Londres trabaja un jovencísimo Nicola Tesla –el inventor de la corriente alterna– que colaborará con la orden realizando inventos y mejoras que nos ayudarán en el transcurso de la historia.
Y precisamente con las armas que nos proporcione Tesla podremos conseguir el siguiente trofeo: Maravillas Modernas. Tendremos que matar a 40 rivales con armas tecnológicamente avanzadas. Tenemos varios tipos de armas avanzadas que podemos usar para conseguir el trofeo:
- una que lanza una nube de pólvora y tenemos que lanzar después una bengala para provocar un estallido de fuego.
- un lanzador de impulsos eléctricos, que si no mata al rival, le dejara aturdido unos segundos.
- la más destructiva: el cañón de fotones que lanza proyectiles mortales contra los rivales.
Como hemos visto en varios gameplays podemos variar el arma a utilizar, aunque solamente podemos cargar con un arma a dos manos a la vez, con lo que hay que escoger la mejor arma en cada situación.
Una cosa curiosa de este juego es que hay una escena en mitad de los créditos, como suelen hacer las películas de superhéroes de Marvel. En videojuegos no es común y vale la pena echarle un vistazo.
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Con estas armas avanzadas podremos superar con seguridad algunos combates, y los efectos se ven espectaculares en la pantalla. Todo un acierto de los creadores de The Order: 1886.