Estamos a pleno mes de agosto, y la mayoría de los grandes lanzamientos se han dejado para la campaña prenavideña, aunque encontramos ciertas excepciones como la reciente salida de Angry Birds 2. Sumergiéndonos en los últimos lanzamientos de Google Play y App Store, nos hemos encontrado con Don’t Get Fired!, un título bastante raro en el que tendremos que evitar que nos despidan de cada uno de los trabajos, algo que nos desesperará al principio pero que será muy divertido con la consecución de las partidas. la moda con títulos de empleo como First Class Flurry o Penguin Dinner sigue su buena salud.
En Don’t Get Fired! vas a jugar muy poco, dado que la mayoría de las veces te despedirán sin que hayas hecho absolutamente nada. Así, al principio del juego, el personaje se presenta ante una serie de entrevistas no pasando prácticamente ninguna, subiendo nuestro porcentaje de posible aceptación conforme nos vayan rechazando una y otra vez. Cuando la cosa se haya estabilizado ya podemos entrar a trabajar, y ahí tendremos que realizar una serie de tareas con nuestro dedo pulsando sobre la pantalla sobre los terminales de los compañeros para ayudarles en el trabajo, mientras al mismo tiempo conseguimos experiencia, dinero, echamos un vistazo a nuestra salud y nos despiden al estilo L’Oréal.
Aún así, seremos despedidos una y otra vez sin hacer nada, aunque la razones se vanrepitiendo y explicando, lo que hará que su porcentaje de repetición baja bajando para que no vuelva suceder. Con el dinero que consigamos podremos desbloquear habilidades como mayor número de desafíos, dotes de oratoria, tener mayor salud incluso capacidad de liderazgo. También podemos conseguir algunos trabajos a tiempo parcial para conseguir más dinero y así prosperar con mayores posibilidades dentro de la empresa que nos toque.
De eso se trata el juego, de jugar poco y en mirar mucho, en un título ciertamente raro que se ha creado en una forma de parodia en ese peregrinaje que hay hoy día para conseguir un trabajo estable siendo rechazado de multitud entrevistas sin saber prácticamente la razón, con la única posibilidad de trepar desde dentro de la empresa para poder perdurar en el organigrama el máximo tiempo posible.
