Siempre se ha debatido sobre si los videojuegos son arte o no. En general me parece un tema muy trillado, y, aunque a estas alturas creo que la respuesta está bastante clara, sigue habiendo una minoría escéptica que (simplificándolo mucho) piensa que esto va solo de matar marcianos. Es por eso que saco a relucir el tema, Downwell va de aplastar bichos y a la vez es uno de los mejores ejemplos de que el videojuego es arte.
Aplastar bichos es… ¿Arte?
Siendo sincero, no sólo aplastas bichos, también les disparas. Pero, hablando en serio, digo que este es un gran ejemplo, porque, sin hacer uso alguno de la narrativa (lo cual evita la afirmación de que el videojuego no es artístico por si solo, si no que coge elementos de otros medios), es un juego perfecto. No me malinterpretéis, ni la perfección existe, ni Downwell es el juego definitivo, pero en su contexto te hace sentir que estas frente a algo único. Es su simplicidad, el hecho de que no le falte ni le sobre nada, como ver un puzle completado en el que todas las piezas encajan para crear una imagen. Un juego sin pretensiones, que hace que el tiempo pase volando, una píldora de diversión.
Está lleno de detalles que no suelen estar en títulos para smartphones (aunque hay excepciones, como, por ejemplo Monument valley), mejor dicho, detalles que no suelen estar en títulos del género arcade al que pertenece, pero, tendrás que jugarlo para descubrirlos por tí mismo. Además, se nota el mimo que han puesto en todos los aspectos, a pesar de la austeridad de su diseño artístico podemos encontrar un entorno lleno de personalidad y unos sprites animados magistralmente.
He visto juegos mucho mejores, eso está claro, pero no recuerdo ninguno en el que todo estuviese tan medido, ninguno con el que sintiese que era un producto tan redondo.
Pero… ¿De qué va esto?
Ya os he dado la chapa con mi discurso gafapasta, ahora viene la parte en la que por fin os explico de qué diablos va el juego. Downwell es un plataformas arcade, simple en su control y en sus mecánicas, pero no os dejéis engañar, su simpleza esconde un gran desafío.
Al iniciar el juego, no nos encontramos ningún tipo de menú, para iniciar la partida tenemos que saltar al pozo en el que transcurrirá nuestra aventura. Nuestro objetivo es bajar, cuanto más profundo mejor, eso sí, hay un fondo, y, por ende, un final. Para abrirnos paso entre los obstáculos nuestro personaje tiene un par de botas pistola que le permiten disparar y decelerar su caída gracias al retroceso, pero, si se nos acaba la carga de las armas debemos tocar el suelo o aplastar un enemigo para recargar. Algunas de las criaturas se pueden eliminar saltando encima de ellas, otras, por el contrario, nos harán daño, para diferenciarlas el juego hace uso de los colores, el blanco es seguro, el rojo debe llamar nuestra atención, porque, o es un ítem importante, o un peligro a tener en cuenta. Por su parte, el negro es el fondo, nada interesante.
Según vamos avanzando por las diferentes zonas, conseguimos Power ups que consiguen cambiar nuestro estilo de juego. También encontraremos tiendas y cuevas en las que podremos conseguir diferentes ítems y armas, las cuales se diferencian entre sí haciendo que juguemos de diferente forma. Algunas nos gustarán más que otras, pero el juego nos premia por variar dándonos vida y munición cuando las cambiamos.
Co-Co-Combo
Ahora que sabemos cómo se juega, podemos entrar en la verdadera dinámica, los combos. Si derrotamos enemigos sin tocar el suelo, un pequeño contador aparecerá sobre nuestra cabeza y mostrará el número de criaturas que hemos aplastado, cuando rompamos la cadena, recibiremos recompensas en función de la cifra que hayamos alcanzado. También nos ayudará a desbloquear diferentes paletas de colores y modificadores de juego como premio a nuestra habilidad.
No os imagináis lo satisfactorio que es ir cayendo al vacío mientras espachurramos y llenamos de plomo todo lo que se pone en nuestro camino.
Como decía al principio, Downwell es el arte de aplastar bichos, pero por mucho que nos esforcemos, seguramente los escépticos sigan pensando igual sobre los videojuegos, al menos nos queda pensar que si se lo mostramos, habremos hecho que pasen de pensar que son matamarcianos cutres a que piensen que son aplastabichos excelentes.
Downwell está disponible en PC, iOS y pronto lo estará en Android.
Y a vosotros ¿Qué os parece Downwell?