Final Fantasy XV ya ha llegado a nuestras consolas y, tras todos estos años de espera, es un título que, como era de esperar, trae muchos cambios (no os perdáis los consejos esenciales para empezar la aventura). No obstante, tenemos siempre esa sensación de que es total e inequívocamente, un Final Fantasy. Quizás una de las cosas que más comentarios ha traído es el nuevo sistema de combate.
Queda atrás es sistema de turnos por el que se ha caracterizado a la saga durante décadas. El mundo es abierto y, el combate, también debe serlo en una época en la que la industria busca nuevas formas para no frustrar a los jugadores con mecánicas trilladas y encorsetadas. Os vamos a explicar cómo dominar este nuevo sistema de combate; y no os perdáis cómo subir rápido de nivel.
Cómo dominar el combate en Final Fantasy XV
En cierto sentido, este sistema de combate sigue esa idea de mundo abierto que fluye de manera natural. En cada combate tendremos que explorar a nuestros enemigos para saber cómo vencerlos, y esto sólo se puede hacer combatiendo. Es uno de los pilares de Final Fantasy XV, cuando tengamos a un enemigo delante tendremos que ver qué le hace más daño, y cómo reaccionan a nuestros diferentes ataques.
Si hay una habilidad esencial que conseguir en Final Fantasy XV, esa es Libra para Ignis. Gracias a esta suerte, podremos ver la vida de los enemigos y sus debilidades. Conociendo esto, no tendremos que dedicar tiempo a averiguar nosotros mismos qué es lo que hace más daño a los rivales.
De todos modos, si no podéis o no queréis conseguir esta habilidad, el juego nos indica qué es lo que funciona mejor. Al atacar, aparecen unos números con el daño que hacemos. Si sale morado es razonable, si sale blanco es bueno, y si sale naranja es lo mejor con lo que podemos atacar a ese enemigo.
Eso es esencial, pero también hay que tener en cuenta que disponemos de dos tipos de combate, el dinámico y el táctico. La única diferencia entre ellos es que en el táctico podremos pausar la partida antes de realizar una acción. Es más fácil para planear bien las cosas, y recomendable contra enemigos duros; no obstante, no podemos parar el tiempo indefinidamente. Si os gusta la acción, os recomendamos optar por la intensidad del combate dinámico, que viene activado por defecto.
Conociendo qué es lo que hace daño a nuestros enemigos, y qué tipo de combate queremos usar, vamos a repasar los conceptos esenciales para machacar todo lo que se nos ponga por delante durante nuestra aventura.
Empezando por lo básico, tenemos el ardid y cubrir. El primero es un simple ataque por la espalda, que causará más daño al enemigo, como es lógico. Con el segundo evitaremos el daño del ataque de los enemigos, y si somos rápidos podremos lanzar un contraataque, que causará más daño al enemigo que un ataque normal.
Por otra parte tenemos Lux Impetus y Lux Itineris. La primera Lux es un carga hacia el enemigo que acaba con un ataque muy fuerte; a mayor distancia del rival, más cargaremos ese ataque y más daño haremos al enemigo. Lux Itineris nos transporta inmediatamente a una zona cercana alejada de la batalla; allí recargamos el PM y podremos seguir combatiendo como si nada. Además, Itineris nos permite clavar la espada prácticamente en cualquier parte del escenario.
Una de las mejores partes del combate de Final Fantasy XV es que podemos realizar acciones conjuntas con nuestros compañeros. Además de ser útiles, son espectaculares. Durante el combate se nos va rellenando una barra con tres segmentos, cuando se rellene uno, podremos pulsar L1 o LB para seleccionar a un amigo y atacar juntos. Los ataques más potentes necesitan todos los segmentos de la barra.
Si nos quedamos sin PM, entramos en estado Exánime, sólo podremos atacar a los enemigos con combos, y no podremos realizar cualquier acción que requiera de PM. Es el momento para usar Lux Itineris y recargarnos las pilas. Finalmente, si estamos muy mal y el juego lo entiende así, tendremos la opción de pedir ayuda a las invocaciones, en tal caso, en pantalla tendremos la opción de pulsar L2 o LT y gozar mientras comemos palomitas y los enemigos mueren.
