Es mucha la diversión que ha llegado con el DLC francés, They Shall Not Pass, de Battlefield 1. Los usuarios premium lo están disfrutando desde el 14 de marzo, y el resto de los mortales podrá adquirirlo a partir del 28, por un precio todavía no anunciado. Entre todo el contenido que trae, con nuevas operaciones, mapas y vehículos, destacan las armas.
Y es que estas armas se quedan con nosotros a pesar de que la comunidad haya abandonado el contenido del DLC. Algo que ocurre en todos los juegos con DLCs de pago, aunque en Battlefield siempre hay clanes que mantienen vivos estos contenidos. Pero las armas nos acompañarán allá donde queramos usarlas.
Misión de desbloqueo de el Rybeyrolles 1918
El nuevo subfusil de la clase de Asalto es único entre su arsenal. Es una de las piezas más deseadas de este DLC y, como si lo hubieran hecho por tocar las narices, en DICE han decidido poner la misión más complicada de todas. Ya os contamos cómo desbloquear la Sjögren Inertial y los RSC de fábrica y de óptica.
Para conseguir ese curioso subfusil con bípode, necesitamos conseguir 50 bajas con la Automatico 1918 de fábrica y 20 disparos en la cabeza con la MP18 de óptica. Sí, habéis leído bien, no es ningún error. 20 disparos en la cabeza con la MP18 en su versión de óptica.
El primer requisito es meramente acumulativo. De hecho, ambos se pueden hacer en la cantidad de partidas que sean, mientras que podéis completar el resto de misiones, no funcionan como las medallas. El consejo: jugad con la Automatico en mapas con buenas opciones para el combate a cortas, como Colina de Verdún o Fuerte de Vaux.
Para el segundo requisito lo primero que necesitáis es armaros de paciencia y también algo de suerte. Es un arma que tiene bastante dispersión incluso apuntando por la mira, con lo que se os pueden ir al traste muchas eliminaciones con disparo en la cabeza por esto. Es muy normal que si vemos a un soldado tumbado y le apuntemos a la cabeza, el disparo que lo mate le de en el hombro o la espalda, lo que ya es mala suerte.
Os recomendamos apuntar al pecho, el arma irá subiendo por el retroceso vertical y muchas veces acabaréis apuntando a la cabeza del rival incluso sin buscarlo. Por otra parte, para distancias algo más alejadas, es preciso usar las microráfagas (pequeñas pulsaciones del botón de disparo) para controlar más el arma y asegurarnos esos disparos a la cabeza tan deseados.
Son 20 y no os engañamos, costarán unas cuantas partidas, así que hay que ser pacientes, todo llega. Al fina obtendremos un arma muy distinta del Asalto, que no funciona bien de cadera por su gran dispersión, pero que es bastante precisa desde el hombro y soberbia con el bípode apoyado. Es un arma perfecta para las medias distancias, y el Asalto gana un subfusil que va muy bien para tareas de apoyo y contención, más de que de ataque e infiltraciones rápidas, como estamos acostumbrados.
