Hace pocos días os contábamos en Xombit Games cómo acabar con el primer jefe final de Sombras de Mordor, El Martillo, y desbloquear así el segundo mapa del juego, ambientado en Núrnen. Una vez que lleguemos a este mapa el proceso se repite desde el principio, es decir, nos vendrá de perlas la guía de supervivencia en el primer mapa.
A pesar de que el proceso se repita, ahora contaremos con todas las ventajas que ya fuimos adquiriendo durante nuestra aventura en Udûn, e iremos consiguiendo más. Es a partir de ahora cuando empezaremos a dominar capitanes y caudillos y crearemos un verdadero ejército orco. Para conseguirlo seguiremos tres pautas básicas: hacer misiones secundarias, recopilar coleccionables e ir avanzando en las misiones principales, y por supuesto, mejoraremos nuestras habilidades de combate.
Cuando hayamos completado la línea argumental principal, volveremos a Udûn con nuestro ejército orco, y tardaremos muy poco en escuchar la llamada del segundo Capitán Negro, llamado La Torre, y que será todo lo contrario a El Martillo. La misión, llamada Señor de Mordor, tendrá tintes de terror psicológico, y a ratos tendremos la sensación de perder el control sobre el destino de Talion.
Pero no hay que temer nada, después de una cinemática y algo de terror, la misión tendrá un desenlace sencillo. La Torre se dividirá en varios clones, y tendremos que cazarlos a todos con sigilo y sin que nos detecten. Por cada clon con el que terminemos, La Torre perderá vida. Pero debemos tener cuidado, si nos detecta nos matará de un toque. No hay lugar para deslices.
Cuando hayamos matado a todos los clones volveremos a ver una cinemática y nuestra aventura en Mordor estará cercana a terminar, restando tan sólo La Mano Negra para triunfar en nuestra búsqueda de venganza y del descanso eterno.
A decir verdad, la dificultad tanto de esta misión como de La Mano Negra, llamada Mordor en Llamas, nos ha decepcionado bastante, siendo este el punto más flojo de Sombras de Mordor, un juego, por lo demás, enormemente divertido y desafiante. Una lástima que los Capitanes Negros y su señor, La Mano, no hayan sido tan duros como algunos de sus secuaces orcos.
¿Estás preparado para acabar con el poder de Sauron?