Resulta curioso que una de las situaciones más exprimidas en videojuegos sea el fin del mundo o el apocalipsis tras la destrucción de la raza humana, algo que si ocurre realmente no nos va a hacer ninguna gracia, pero que el ser humano tiende a querer experimentar aquello que en su vida no es posible… aunque tal como avanza la sociedad quizás no estemos lejos de poderlo vivir en nuestras propias carnes. Ketchapp ha dejado de lado la vistosidad de juegos como The Line Zen, Stick Hero o Skyward para lanzar Escape, un título que nos pone a lomos de un cohete en su afán de escapar tras desencadenarse el fin del mundo. ¿A qué mola?.
Siguiendo la tendencia de lo que nos suele ofrecer este estudio de desarrollo, controlar Escape es pan comido, aunque la palmaremos una y otra vez sin contemplación. Usando únicamente un dedo, pulsaremos la pantalla para impulsar nuestro cohete, e iremos evitando todos los obstáculos que se van desmoronando como mazapanes caducados a nuestro paso. Lo malo del asunto es que la raza humana se ha tomado poco en serio la huída de la Tierra, y han creado un cohete que se destroza a la primera, aún rozando las hojas de un árbol. Por ello, debemos poner en práctica nuestro pulso de robar panderetas y contener nuestra respiración hasta casi ponernos morados, para pasar por algunas zonas inverosímiles.
A lo largo de nuestra travesía por los cielos contaminados en una Tierra agonizante, se nos irán subiendo distintas personas al cohete para intentar salvarse de la desolación, algo que nos irá otorgando una mayor puntuación. Además del modo principal en el que iremos avanzando con algunas líneas argumentales y alcanzando checkpoints, también existen una serie de desafíos diarios que cambian un poco el estilo visual, pero que tratan de lo mismo, intentando llegar lo más lejos posible. Los niveles no son aleatorios, lo que al menos nos permitirá comparar con nuestros amigos el lugar que hemos conseguido alcanzar. Así es Escape, un interesante título que logra enganchar por momentos, en una nueva propuesta sencilla de Ketchapp que al menos nos gusta algo más que sus últimas creaciones.
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