Los veteranos y coleccionistas seguro que conocerán el título Super Spy Hunter, un juego de NES y recreativas que nos ponía a mandos de un vehículo que era capaz de disparar a multitud de enemigos que iban saliendo de su peregrinaje por distintas partes del mundo. Es posible que inspirado en ese juego haya nacido Death Race: Crash Burn, un título de características similares, aunque no con tanta profundidad jugable, que sin embargo sí que reúne esa espectacularidad pirotécnica para ofreceros un título que se juega bastante bien y que viene repleto de bastantes modos de juego.
Para empezar, en Death Race: Crash Burn tendremos distintos coches para desbloquear, y lo haremos mientras vayamos subiendo el nivel a los distintos vehículos que vayamos consiguiendo. Mientras, podremos mejorar los parámetros de nuestro coche, embutirle de nuevas armas y hasta tunearlo a nuestro gusto. Evidentemente la gracia del juego es la posibilidad de disfrutar de hasta cuatro diferentes modos de juego, entre los que se encuentra en el clásico Arcade, una partida por tiempo con checkpoints, aventura por puntos y el interesante enfrentamiento continuo con jefazos.
La interfaz del juego es sencilla, dado que con el giroscopio controlaremos el vehículo de izquierda a derecha, también tendremos botones táctiles como el acelerador y el freno, el el disparo estándar infinito y el especial, reservado para los grandes enfrentamientos. Será fundamental también enlatarnos con distintas habilidades especiales que las podremos conseguir mediante el canje de monedas del juego al comienzo de cada uno de los niveles. +Death Race: Crash Burn* recuerda a los títulos arcade de acción clásicos, encima ofrece una amplia variedad de modos y de coches, y se hace sumamente divertido. Lo único negativo es que suele tener una aparición bastante molesta de publicidad, aunque te acabarás acostumbrando entre descanso y descanso.
