Como llevar un buen juego de rol a smarpthones y tabletas no es nada fácil, y encima su público no es el adecuado, al menos el mayoritario, siempre los desarrolladores buscan algunas fórmulas para explotar el género en estos terminales, y últimamente lo están haciendo con el llamado rol simplificado que podemos ver en propuestas como RPG Clicker, Clikcer Wars o incluso Final Fantasy: Record Keeper. Bajo este género de nueva creación podemos englobar a Dungeon 999F, una especie de título de rol por salas que asegura diversión, accesibilidad y mucha duración.
En Dungeon 999F tomamos control sobre Jack y Rose. Jack es un joven caballero que sale en busca de aventuras, mientras que Rose es una maga que queda enamorada de la naturaleza que la rodea, pero ambos se encuentran en un mundo paralelo lleno de enemigos a los que hay que derrotar, y es aquí donde nos toca entrar en acción. La buena de Rose debe encargarse de recoger mana de forma automática mientras Jack, bajo nuestro control, debe eliminar todo bicho que se precie acercarse a la dama, y así hasta 999 niveles.
Sí, la cosa puede cansar, y para ello se habilita la acción de ataque automático para que el usuario no tenga que hacer nada en los primeros niveles, ocupándose únicamente de echar un vistazo a sus vidas para rellenarlas o bien de hacer uso de alguno de los hechizos, aunque éstos nos consumirán mana. El mana que Rose vaya recogiendo nos servirán para pasar de nivel, y éstos puntos se irán multiplicando paulatinamente, con lo que será más lento y complicado superar próximos niveles.
A nuestro favor está la posibilidad de mejorar los parámetros de los protagonistas, con lo que podrán, por ejemplo, atacar con mayor velocidad, aguantarán más en combate y, en el caso de Rose, amasar más puntos de mana en el menor tiempo posible, con lo que podremos avanzar de una manera mucho más rápida. También se nos va a permitir comprar objetos para servirnos de ayuda en la batalla como pociones o desbloquear nuevos hechizos. En si Dungeon 999F se hace un programa muy divertido, aunque la participación del jugador pueda perder muchos enteros abusando de la opción automática, que se acaba haciendo imprescindible.