La Gamescom 2015 nos ha dejado muchos detalles sobre títulos que están al caer, como Assassin’s Creed Syndicate, Fallout 4 o Rise of the Tomb Raider. Pero entre la montaña de títulos de lanzamiento más cercano, y lanzamiento más alejado, hubo uno que destacaba muy por encima del resto; Metal Gear Solid V: The Phantom Pain. Es el último título de la saga que llevará el sello de Hideo Kojima, y nosotros hemos podido ver –y probar– más de cerca todo lo que nos va a ofrecer cuando esté disponible. El aperitivo fue Metal Gear Solid V: Ground Zeroes, pero la muestra del juego que vimos en la Gamescom 2015 es algo diferente. Un paso más allá, que respira brillantez por todos sus poros.
Metal Gear Solid V tiene varios puntos clave que merecen ser mencionados. El primero es el mundo abierto que Kojima pone a nuestra disposición. No es sólo que estemos ante un mundo abierto con localizaciones visualmente cercanas a la perfección, sino que esa libertad de movimientos a la hora de cumplir nuestro objetivo nos da realmente la sensación de tener libertad. Hay ocasiones en las que aún con un mundo abierto, el título no consigue transmitir de manera adecuada la movilidad libre en su jugabilidad, y no en absoluto el caso de Metal Gear Solid V. Para añadir el toque que remata los amplios escenarios del juego, Kojima también pone a nuestra disposición vehículos con los que desplazarnos entre los puntos indicados por la misión, como por ejemplo el caballo con el que jugamos a la demo.
Otra de las claves de Metal Gear Solid V son las armas que veremos en el juego. Como de costumbre, Kojima hace converger ese punto de creatividad tan inherente a su trabajo, con la comodidad de su manejabilidad en lo tocante a las armas. Al fin y al cabo, no somos un simple soldado. Somos Big Boss. Y como somos el gran Big Boss, tenemos a nuestra disposición las armas necesarias para infiltrarnos en una base enemiga y dar cuenta de todos los soldados que salgan a nuestro paso sin hacer ruido o montando una escandalera. En nuestra mano sólo queda la tarea de apuntar al punto que queramos, puesto que la precisión en el control de todas esas armas que pudimos probar roza la excelencia. Por supuesto, podemos ir a pecho descubierto contra hordas de enemigos, pero esto sería traicionar la experiencia de juego que Kojima siempre ha buscado. Con todo, hay muchas opciones a la hora de realizar la misión, y queda en nuestra mano elegir.
La última de las claves que quiero recalcar sobre el próximo título de la saga Metal Gear Solid es la patente impronta de Kojima a todos los niveles. El juego disfruta de su sello, de su genialidad. El motor Fox Engine creado por Kojima Productions es una auténtica delicia; los detalles técnicos de esta aventura son impresionantes. Una distancia de dibujado excelente, esos magnificos 60fps que no estamos acostumbrados a ver en consolas, la calidad de las texturas y de las expresiones faciales de sus personajes… Todos los detalles que hemos podido ver de Metal Gear Solid V apuntan a un juego que va a romper el mercado por su obsesión con hacer de él el mejor juego que hayamos probado hasta el momento en esta generación de consolas y PCs.
Metal Gear Solid V: The Phantom Pain sale al mercado el próximo día 1 de septiembre, y las dos semanas que nos separan de él se están haciendo ya muy insoportables. Estamos ante un juego brillante con muchísimo potencial que ha sabido traducirse a jugabilidad. Es el último juego de la saga al cargo de Kojima, y aunque no sabemos los detalles concretos sobre la triste marcha del genio nipón de Konami, podemos estar seguros de que su despedida se nos va a quedar marcada a fuego en la memoria. Ojalá algún día podamos ver una remasterización de esta calidad del primer Metal Gear Solid, con el que comenzó todo.