Rise of the Tomb Raider no faltó a la cita de la Gamescom 2015, y no sólo acudió con una nueva muestra de todo su potencial en forma de gameplay, sino que además lo hizo como uno de los invitados especiales de Xbox, ya que se encontraba en la zona de la compañía, en lugar de en la zona de Square Enix. Microsoft y la división Xbox se están tomando muy en serio esto de la exclusividad –que sí, que es temporal– de Rise of the Tomb Raider, y para celebrarlo ofreció una muestra de las tumbas que veremos en el juego. Como ya anunció Crystal Dynamics, veremos tumbas renovadas, y el gameplay de la Gamescom 2015 ratifica el comunicado del estudio encargado de dar vida a Lara Croft y sus aventuras.
A nivel de jugabilidad hay ciertos puntos clave que comentar de este gameplay que se desarrolla en Siria, un escenario muy alejado de los páramos helados de Siberia que serán nuestro destino final. Empezando por la tumba per se, la promesa de que la dificultad sería bastante más elevada que en el reboot de la saga se deja ver. Un ejemplo es el tótem en un lenguaje desconocido para Lara que aparece al principio, y que podremos descifrar cuando hayamos obtenido un dominio suficiente del idioma explorando los murales que encontraremos por el juego. Pero esto, al fin y al cabo, es un dato a tener en cuenta de cara a volver al principio del juego para desentrañar todos sus secretos.
Lo jugoso de la tumba está en la vuelta a los orígenes de Tomb Raider con la inclusión de trampas que tendremos que esquivar, y de acertijos que tendremos que resolver para poder continuar. Tal y como nos comentaron en el stand de Rise of the Tomb Raider, las tumbas del juego vuelven al lugar que les corresponde en esta segunda parte de la saga, y salta a la vista que ahora sí tendremos un motivo para querer visitarlas y completarlas. La escalada, cómo no, sigue estando presente en el juego con una Lara que va piolet en mano dispuesta a hacer dry-tooling y por tanto usarlo en pared de roca. De lo que no se libra el juego es de los QTE, que, bueno, parecen estar dosificados de manera bastante correcta.
Pasando ahora a los detalles técnicos de este gameplay, hay ciertos detalles que comentar que chirrían un poco a la vista. El juego luce muy muy espectacular –le damos al César lo que es del César–, y detalles como la iluminación o las texturas del escenario en sí, tienen un acabado muy cuidado. El problema es que elementos como el pelo de Lara Croft en el coche todavía necesitan un poco de pulido, ya que las físicas son, digamos, perturbadoras. Para este Tomb Raider se ha utilizado la tecnología TressFX, y gracias a ello el pelo de Lara está mucho más logrado que en la primera parte del reboot, pero da la sensación de que se podría mejorar un poco más para dejarlo a punto de caramelo.
Por otro lado, los movimientos corporales de Lara se ven muy logrados, con una naturalidad bastante interesante tanto en cinemáticas como en gameplay, pero la animación de Lara al saltar da un paso atrás después de lograr esa naturalidad al moverse. El juego no ha entrado todavía en fase Gold, así que podemos suponer que Crystal Dynamics sigue dándole un repaso al juego para dejarlo niquelado. Como no todo puede ser malo, las expresiones faciales de Lara siguen siendo alucinantes. Lo vimos en el gameplay mostrado en el E3, y aquí también está presente. La tecnología de captura MOVA es verdaderamente mágica, y los gestos de Lara son, bueno, prácticamente reales. El veredicto del juego en cualquier caso, es que se ha convertido en uno de nuestro top anticipados.
Rise of the Tomb Raider estará disponible para Xbox One y Xbox 360 el próximo 10 de noviembre. Estará disponible para PC a principios del próximo año, y por desgracia para los usuarios de PlayStation, tendrán que esperar hasta finales de 2016 para verlo en sus consolas.
