Hacía mucho que no hablábamos del bueno de Stickman, uno de esos personajes que son maltratados por el elenco de jugadores pero que gusta tanto porque consigue levantar multitud de sonrisas con sus caídas, roturas de huesos y fallecimientos continuos. Si bien ya hemos disfrutado de juegos del personaje como Stickman Trials, Stickman Roof Runner o Stickman Downhill, ahora a este pobre personaje sin carisma le va a tocar caer, empotrarse y deshacerse literalmente en niveles creados para que ponga fin a su vida, y nosotros, los jugadores, seremos los responsables de ello. Y la verdad que, al final, resulta que sienta muy bien ver las desgracias de otros…
Stickman Dismount es eso, cargarse al personaje en endiablados niveles donde como principal reclamo tenemos provocar sonrisas, y el segundo es marcar distintas puntuaciones e ir superando registros una y otra vez. El hecho de superar registros es simplemente la marca de algún récord, pero el ir superando los desafíos marcados se nos recompensa con una serie de monedas que podremos usar para desbloquear nuevos niveles, otros tantos vehículos y hasta obstáculos para colocar en estos niveles.
Para conseguir que se nos abran otras fases será necesario reunir una gran cantidad de estas monedas, teniendo que realizar cientos de partidas para ello, con lo bueno o malo que eso supone. Más fácil será desbloquear otros vehículos como carros de la compra, motos, coches y hasta la silla de oficina que tanto odiamos. Si miramos al tema de obstáculos son solo aceptados en algunos niveles en particular, y se nos habilitará para poner paredes o elementos para dotar de mayor espectáculo a las caídas.
Lo bueno, es que sea estando el personaje solo o bien con algún vehículo, podemos elegir varias posturas diferentes para ver si con alguna de ellas conseguimos la puntuación del desafío, aunque gran culpa de ello también tendrá la opción táctil de la fuerza del empujón que demos al personaje, aunque tampoco ello guarda excesivo misterio. Stickman Dismount se hace un programa realmente divertido, digno de elogio para hacernos pasar unos momentos a carcajada limpia.