Las peleas entre soldados en nuestra Mother Base –que ya os enseñamos a evitar– no son el único problema que se nos plantea en nuestro centro neurálgico de operaciones y gestión. Para nuestra alarma, hacia la mitad de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, recibiremos un aviso informándonos de que se está expandiendo un brote infeccioso en la Mother Base, recomendándonos aislar a los soldados infectados cuanto antes.
El problema de todo esto es que para aislar a los soldados, primero tenemos que saber qué soldados son los que hay que aislar, y qué enfermedad tienen. Pues bien, la enfermedad tan contagiosa que está a punto de extenderse por nuestra Mother Base es el Parásito de Cuerdas Vocales, y tenemos dos formas posibles de afrontar la tragedia que está a punto de caer en la base.
La primera forma es, simplemente, ignorar los mensajes y continuar jugando las misiones principales del juego. Cuando avancemos unas cuantas misiones, un personaje nos contará cómo identificar los síntomas, y todavía un poco más adelante, la historia nos presentará la cura para la enfermedad. El problema al tomar este camino es que al no poner en cuarentena al personal infectado, muchos de ellos morirán, causando una posible gran cantidad de bajas.
La segunda forma es mucho más efectiva, aunque tendremos que prescindir de nuestro personal durante algún tiempo. Una vez que nos salga el aviso de que hay un soldado infectado con la enfermedad, Miller establecerá una plataforma de cuarentena a la que podremos mover al personal infectado para evitar el desastre. En ese momento, tendremos que ir a la sección de personal de la Mother Base y poner en cuarentena a todos los que hablen Kikongo (y a todos los compañeros que se hayan podido infectar, cuando tengamos constancia de los síntomas).
Aunque es posible que nuestros soldados hablen otros idiomas, el factor común que comparten todos los infectados es que hablan Kikongo, así que si no queremos perder gran parte de nuestro personal tendremos que ir a la sección de gestión de personal y poner a todos los que hablen el idioma en cuarentena. Parece que sólo afecta a los hombres que hablan Kikongo, aunque las mujeres también transmiten la enfermedad, a pesar de no padecer los síntomas.
Cuando los tengamos a todos en cuarentena, sólo tendremos que continuar la historia hasta que se presente la cura. La parte más pesada es ir a través de los soldados comprobando la información para ponerlos en cuarentena, pero es mucho más doloroso afrontar la enfermedad de la primera manera, ya que veremos cómo nuestra cantidad de personal se reduce cada vez más y más.
Con esto, la crisis queda resuelta.