Mass Effect Andromeda está cada vez más cerca de llegar a nuestras consolas y compatibles. Las dudas existentes sobre si Bioware habrá conseguido mezclar bien la esencia de la saga con el mundo abierto poco a poco se disipan. Conforme más información sabemos, y han tardado bastante en comenzar a darla, más sólidos parecen los cimientos de este Mass Effect.
Dos de los pilares que Bioware necesitaba construir con firmeza son la Tempest y el Nomad; los vehículos básicos para nuestra aventura espacial. Con la nave iremos de sistema en sistema para conocer mejor Andromeda y con el vehículo de transporte terrestre investigaremos los planetas.
La Tempest, una nueva Normandía
La vamos a echar mucho de menos, porque es más bonita que la Tempest y porque a bordo de la Normandía hemos odiado, amado, luchado y salvado el mundo. Pero todo es hacerse a lo nuevo, y la Tempest promete ser otra vez, la base de operaciones de nuestra aventura.
Por sus pasillos podremos charlar con la tripulación, llegar a conocer mejor a otros compañeros e invitarlos a nuestro camarote si nuestra relación va viento en popa. Al igual que en pasadas entregas, tendremos diferentes cubiertas en las que mejorar el equipo y donde los diferentes compañeros que unimos a la tripulación estarán.
Es, sin duda alguna, el elemento más clásico de Andromeda ya que, salvo sorpresa, no tendrá nada diferente respecto a la Normandía excepto por el diseño, aunque mantiene ciertas líneas similares. Es una nave ligera de exploración carente de un armamento potente y de un escudo pesado, lo que probablemente nos vuelva a poner en algún que otro aprieto durante la campaña de un jugador.
El Nomad, mucho más que el Mako
Aunque el Mako aportó mucha frescura a Mass Effect 1, y luego se le echó de menos, no fue un elemento que diversificara la manera en al que jugáramos. El Mako seguía yendo por escenarios pasilleros y cada X metros aparecían enemigos. Igual que cuando íbamos a pie.
El Nomad se convierte en nuestro vehículo para explorar los planetas en el modo en que prefiramos. No hay líneas rectas que seguir, cuando llegamos a un planeta, lo exploramos como queramos. Podemos ir con lentitud o rapidez. O lo que es lo mismo, el mundo abierto de Mass Effect Andromeda no va a ser un mapa tedioso de explorar como pudo pasar en Dragon Age Inquisition; ir de un lado a otro no nos llevará tanto tiempo.
Por otra parte, el Nomad contiene una nueva faceta muy reveladora sobre el funcionamiento de Mass Effect Andromeda. Está equipado con pequeñas estaciones de minería para extraer recursos que encontremos mientras exploramos los planetas. Una forma muy natural de conseguir recursos para mejorar nuestro equipo, sin duda, mucho mejor que la que vimos en pasadas entregas de la saga.
Además, tendremos la oportunidad de personalizarlo con diferentes pinturas adaptadas al entorno de los planetas que visitemos. Un aspecto bastante interesante ya que pasaremos mucho tiempo conduciendo este vehículo, y no hay nada mejor que darle un toque personal.