La Cacería Salvaje da para mucho en The Witcher 3: Wild Hunt. No solo para una historia principal digna de elogio, sino que trascenderá a esta, como es lógico. Un fenómeno tan inusual y aterrador llegará a todos los rincones del mundo de The Witcher, materializándose en misiones secundarias y contratos de brujo.
En esta ocasión nos vamos a centrar en un contrato de brujo que nos encontraremos en las afueras de Novigrado. Al Noroeste de la gran ciudad, pasado un lago, hay una aldea llamada Yantra con su tablón correspondiente, y en ella encontraremos varias misiones –incluida una que nos da un grupo de aldeanos y merece la pena acercarse a hablar con ellos–.
Cuando aceptemos el contrato llamado El Fantasma Apicultor, tendremos que ir a una destilería a unos 300 metros de la aldea. Allí nos reuniremos con el empleador que resulta ser el dueño de la destilería de aguamiel. Nos dice cómo está sufriendo de un fantasma que mata a sus abejas por la noche.
Nos enseñará los estragos que ha causado y comenzaremos a seguir el rastro a la bestia, pues Geralt sabe que no se puede tratar de ningún fantasma, y en efecto, encontramos huellas de animal que debemos seguir.
Nos llevarán hasta el lago, en el que seguramente nos enfrentemos a varios grupos de sumergidos y anegados. No habrá peligro mayor, aunque los anegados tienen nivel 18, a pesar de que el contrato está recomendado para nivel 14. Tampoco son muy difíciles de matar.
El rastro de la bestia se pierde en el lago y se retoma unos metros arriba en la misma orilla, de modo que no tenemos que cruzar el lago, simplemente seguir hacia arriba por la orilla unos cuantos metros, donde precisamente hay un grupo de anegados.
Cuando acabemos con los monstruos, seguiremos las pisadas que lleva a un boquete en el suelo, que precisamente da a una zona sin terminar de construir de la destilería, y tendremos que entrar por la puerta. Cuando vayamos a abrirla aparecerá una cinemática en pantalla y un mediano de la destilería nos dará una llave.
El monstruo estará tras la puerta, así que antes de abrirlo conviene revisar que nuestro equipo está en buen estado, y que tenemos equipadas las pociones y bombas que necesitamos. Con todo bien preparado, abrimos la puerta y comienza el asunto.
El fantasma apicultor resulta ser un sabueso de la cacería salvaje, solo que más poderoso que a los que nos hemos enfrentado anteriormente en Velen, pero tampoco es ninguna criatura a la que temer demasiado.
No nos enfrentaremos a él en el sótano, saldrá corriendo y tendremos que montarnos en Sardinilla para seguirlo durante varios cientos de metros en los que no le podremos atacar. Se parará en mitad del campo y ahí empezará el combate.
Es vulnerable a la bomba de dimerita, al aceite contra constructos, y como ya sabíamos de enfrentamientos anteriores, a la señal de Aard y Axia. Os recomendamos que os centréis en usar Aard e Igni, ya que el fuego no le sienta tampoco nada bien.
No es un enemigo especialmente rápido, pero no debemos caer en la tentación de estar demasiado tiempo cerca de él asestándole golpes, porque nos realizará un ataque potente de frío con área de efecto que nos puede hacer mucho daño e inmovilizarnos, algo que no queremos porque el sabueso pega bastante fuerte.
Nuestra estrategia debe ser la de lanzarle Aard y atacarle con golpe poderoso, retirarnos y esperar su ataque que, al ser lento, será fácil de esquivar y devolverle con un golpe poderoso. Con esta estrategia tan sencilla lo derrotaremos sin demasiados problemas.
Para mejorar en el combate os puede interesar nuestras guías para conocer las habilidades más útiles para las luchas, las habilidades de señales más útiles, las bombas y los aceites.