El reajuste de armas en Destiny anunciado por Bungie hace algunas semanas se ha convertido en una de las mayores tragedias para los usuarios desde que saliera el juego el pasado septiembre de 2014. Va a suceder, y va a suceder muy fuerte. Armas como el endiosado lanzacohetes Gjallarhorn, o el súper potente cañón de mano Espino verán su potencia reducida considerablemente con la implementación del parche 2.0, que llegará con la próxima expansión del juego, El Rey de los Poseídos. Para aplacar en la medida de lo posible la furia de los más fieles a tales armas, los desarrolladores han comentado los motivos del reajuste al medio Gamespot, y lo cierto es que son más que razonables.
El encargado de comunicar los motivos por los que se producirá este reajuste –más que nerf, debemos hablar de reajuste–, ha sido el Community Manager de Bungie, David “Deej” Dague. La motivación principal de los desarrolladores es fomentar el uso de las diferentes armas disponibles en Destiny, básicamente. Hablamos de dos armas tan potentes en estos momentos que pueden ser empleadas en cualquier situación, y que acaban siendo un auténtico dolor de cabeza tanto en el modo PvP como en el modo cooperativo. ¿Y por qué en el modo cooperativo? Porque una parte de la comunidad se ha quejado de la imposibilidad de unirse a una party si no están en posesión de alguna de esas súper armas, especialmente en el caso del Gjallarhorn.
Para los desarrolladores de Destiny es importante ofrecer nuevos retos a los jugadores, tanto a nivel de raids y demás asaltos, como a nivel de nuevo equipo y armamento que conseguir jugando. Con El Rey de los Poseídos veremos mucho contenido nuevo, y como gran atractivo el juego recibirá con la expansión casi tantas armas como contenía el juego original cuando fue lanzado. Con este detalle sobre la mesa, para los desarrolladores de Destiny el hecho de que nos metamos de lleno en nuevas misiones y raids para conseguir todo lo que ofrecen es un punto clave, y mantener un número tan limitado de armas más potentes que el resto sería una catástrofe a largo plazo para el juego por la falta de motivación para jugar que esto provocaría.
Sin lugar a dudas, la decisión final de Bungie de realizar ajustes a gran escala en muchas de las armas más potentes del juego es con vistas a hacer la experiencia de juego para todos los usuarios de Destiny mucho más dinámica y divertida, dando oportunidades tanto a los jugadores que no dispongan de esas súper armas, como a las nuevas armas que se incluirán en la nueva expansión. La expansión de Destiny junto a la que llegará este parche con correcciones está prevista para el próximo 15 de septiembre al precio de 40 euros; precio que también trajo consigo una fuerte polémica y que el director de Destiny defendió hace algún tiempo. Sea como fuere, el reajuste traerá cambios importantes a Destiny, y nos guste más o menos, tendremos que adaptarnos a ellos.