Devil May Resident Evil
Hideki Kamiya es uno de esos directores japoneses que rara vez falla. Su historial realmente no es muy largo, pero viéndolo podemos comprobar que todos ( o casi todos) los juegos que ha dirigido son realmente buenos. Quizás el título que lo lanzó a la élite fue Devil May Cry, juego que creó el moderno Hack and Slash la evolución de los juegos estilo Street of Rage. Aunque antes dirigió Resident Evil 2 pasó más inadvertido para gran parte del público a pesar de la enorme calidad de este juego. El hecho de que Devil May Cry es un poducto mucho más personal, particular y realmente novedoso en su planteamiento en la época en que salió puede ser la razón de eso.
Aunque parezca extraño la saga Resident Evil es el punto de partida de Devil May Cry. Después de dirigir la segunda parte Kamiya y su equipo se pusieron manos a la obra para crear un nuevo capítulo de Resident Evil, sin embargo el proyecto se iba alejando cada vez más de la esencia de esa saga. El equipo sintió que el juego era tan diferente que debía convertirse en un juego nuevo y alejado totalmente de Resident Evil. Asi nació Devil May Cry, basado en el concepto de ofrecer toneladas de acción a gran velocidad, pero otorgando a la vez al jugador decenas de movimientos y armas con las que explorar las posibilidades de su sistema de combate. Aunque sus secuelas irían mucho más allá en estos conceptos, Devil May Cry los puso sobre la mesa cuando nadie más lo hizo. Y eso, como muchos otros juegos que hicieron lo mismo en otros géneros, tiene un enorme mérito.
Acción con estilo
Dante es un cazademonios que un buen día recibe la visita de una bella dama. Aunque esta le tirotea de forma brutal y le lanza una moto a la cara, para después pedirle amablemente que salve al mundo de Mundus, el rey del Infierno, que pretende destruir el mundo y sólo Dante puede evitarlo. Mundus fue derrotado hace dos milenios a manos del demonio Sparda y Dante como hijo de este, es el que tiene el papelón de lograrlo.
Como podéis comprobar el argumento es bastante típico (incluso algo ridículo por momentos), sin embargo las escenas son espectaculares siendo otro de esos videojuegos altamente influenciados por Matrix y sus secuelas. Lo que sí destacó fue el personaje de Dante, el cual convirtió en uno de los personajes más carismáticos de los videojuegos. Su aire chulesco y prepotente, su capacidad de poner de los nervios a los enemigos con sus chascarrillos y su estilo a la hora de despachar a los enemigos caló muy hondo en muchos jugadores. Parte de la esencia del personaje también estaba presente en el juego en si, en pocas palabras, la capacidad de acabar los enemigos con estilo.
Como hemos dicho, Dante es un personaje realmente hábil con decenas de movimientos y diferentes armas. El juego nos anima a usar las distintos movimientos y combinarlos para crear sucesiones de golpes con los que destrozar a nuestros enemigos. Esto se refleja con un indicador de estilo que muestra nuestra habilidad a la hora de eliminar los monstruos que el juego nos pone en pantalla. Cuanto más variedad de movimientos y técnicas usemos más puntuación obtendremos. Así el jugador tiene un incentivo para explorar el sistema de combate y de mejorar. Por supuesto de poco serviría si nuestros enemigos apenas fuesen unos muñecos esperando a recibir nuestra furia. Y realmente gran parte del mérito del juego esta en crear enemigos divertidos de enfrentarse y que pongan a prueba nuestra concentración. Todo esto indica que no estamos ante un juego fácil, es más, es un juego difícil en algunos momentos que nos obliga a usar nuestra pericia con el mando.
El resto lo ponía un apartado técnico impresionante para los inicios de PlayStation 2, escenarios impecables en los cuales los desarrolladores utilizaron como modelo obras arquitectónicas españolas y una música cañera que le quedaba de fábula a la rápida e intensa acción del juego. Si juntamos todo tenemos uno de los clásicos de PlayStation 2 y de esos juegos frescos y novedosos que cada vez se ven menos hoy en día.
Estoy es todo por hoy, la semana que viene toca recordar la oveja negra de la saga: Devil May Cry 2. Como siempre os invito a comentar cualquier cosa que deseéis de una saga con tanto jugo como es Devil May Cry. ¡Hasta la semana que viene!
pues yo he jugado al 4 y me parecen un auténtico coñazo
no entiendo que le ve la gente a esta saga para ser tan famosa!
Revolucionar un género como el Beat’em up que en aquel entonces estaba criando malvas y convertirlo en Hack’n Slash del que actualmente se benefician decenas de juegos como Bayonetta y God of War te parece poco?
A mi, conforme fueron sacando más, más me cansaban. Pese a ello, con los dos primeros me divertí tal crío con sus cromos o piruletas.
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